La Feria del Libro, que este año retornó a la Plaza de la Cultura, constituye un gran espacio para fomentar el conocimiento y el entretenimiento a través de la lectura.

En el evento cada año participan menos librerías con unidades físicas para la lectura, lo que se entiende por la irrupción en el mercado de las ediciones digitales.

Con los millones de pesos que ha supuesto el montaje se espera que el libro en sus distintas versiones sea el auténtico protagonista del festival de la cultura.

Este año la feria, que tiene como país invitado a Israel, ha sido dedicada a la escritora Jeannette Miller. La feria, en la que participarán con conferencias escritores internacionales, incluirá actividades artísticas y teatrales para entretenimiento de los asistentes.

La ministra de Cultura, Milagros Germán, resaltó que por primera vez en los 25 años que lleva el evento todas las actividades estarán bajo techo climatizado.

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Pero el acceso a la lectura es lo que más importa, tomando siempre en consideración que el libro no es solo novela, cuento, poesía o historia, los géneros más apreciados por los lectores, sino tecnología.

Con todo el gran deseo es que los cambios que se hayan operado en su estructura no sean solo estéticos, sino para incentivar el gran objetivo del evento, que es la lectura y el contacto con el libro. Son tan vastos los beneficios de la lectura que enumerarlos sería prolijo.