El presidente estadounidense Donald Trump eleva las tensiones con Venezuela, y de paso envía un mensaje a los aliados de la nación suramericana con la incautación de un petrolero frente a sus costas.
El mandatario venezolano no tardó en calificar la incautación del petrolero como un robo descarado y un acto de piratería. La incautación del barco, que por su dimensión Trump presentó como una gran hazaña, se agrega al bombardeo de supuestas narcolanchas y el despliegue de un portaaviones y tropas estadounidenses en el mar Caribe.
Para minar más la atmósfera el gobernante estadounidense declaró que los días de Maduro en el poder están contados y que no descarta una incursión terrestre en Venezuela. Sin dejarse intimidar el mandatario venezolano indicó que su pueblo está preparado para enfrentar una invasión de Estados Unidos.
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El desenlace no está previsto, pero con un panorama que a cada momento se pone color de hormigas la angustia es obvia.
Más que una salida violenta hasta los antiguos aliados de Maduro favorecen que se eche a un lado y propicie una solución democrática. Porque su permanencia a la mala en el poder será siempre fuente de tensiones como las que se viven.

