La masiva asistencia a los planteles en la apertura del año escolar es la mejor muestra del interés que tenían padres y estudiantes en la reanudación de la docencia presencial.

El flujo, después de más de un año de confinamiento a la enseñanza virtual y a distancia, marca un aparente precedente, que a su vez constituye un reto para las autoridades frente a la actual coyuntura.

El entusiasmo que se notó el primer día necesita una respuesta satisfactoria en cuanto a orden, disciplina, protocolo sanitario y calidad de la enseñanza.

En los centros del Distrito Nacional, Santiago y otras comunidades la numerosa asistencia de niños uniformados, cada uno con su mascarilla, no dejó de constituir una grata sorpresa para la opinión pública.

El Ministerio de Educación ha tenido todo el tiempo para garantizar las mejores condiciones de aprendizaje, incluida la reparación y equipamiento de los centros de enseñanza.

Todavía muchos obstáculos que superar, pero se supone que serán resueltos sobre la marcha. La docencia presencial es una prueba de la que las autoridades, que han sufrido tantos reveses, tienen que salir airosas.