Por: Francisco Cruz Pascual
El profesor Juan Bosch y Gabiño en su interés por educar al pueblo dominicano se dedicó a instruir mediante alocuciones por radio para que los ciudadanos hicieran conciencia de la necesidad de organizarse y educarse, según una valoración del catedrático Francisco Cruz Pascual.
Por eso para Bosch, la educación era la única forma de superación, para poder alcanzar conciencia sobre la unidad nacional y de esa forma, poder llegar a la creación de una gran nación.
Bosch trabajó sobre una misión educativa de concienciación, emulando la idea de Juan Pablo Duarte, el fundador de la nación, quien utilizara el método del dialogo concientizador, el teatro y la organización, para lograr sus metas. Juan Bosch, hablando del papel de los medios de comunicación, como educadores informales.
Como profesor de aula, Don Juan sostuvo durante muchas décadas, que sólo la educación sería capaz de sacar al pueblo de la pobreza, manteniendo la idea de que la escuela es una transformadora por excelencia.
Por eso criticaba la falta de planes formativos para transformar al profesor de aula, en un ente capaz de reconocer su rol e importancia en el desarrollo de la nación y hablaba de la necesidad de evaluación y control, como vía de afianzar la consecución de las metas, según las consideraciones del profesor Cruz Pascual.
Decía que el profesor de aula es el ente vital del cambio positivo de sus alumnos. Anhelaba un lugar preponderante del profesor en el seno familiar, porque creía que, sin la familia sus alumnos, el profesor no podía hacer con eficacia un trabajo verdaderamente innovador.
Bosch apreciaba la importancia de reconocer errores y debilidades, para trabajarlas con ayuda de los que los acompañan en la búsqueda de soluciones a los problemas. Saber levantarse y superar las caídas con altivez y decoro. Don Juan vivía el aprendizaje constante, de una forma asimilable y de gama alta en cuanto a lo amigable de los procesos cognitivos.
Varias veces dijo “un profesor pesimista es lo peor que le puede pasar a los alumnos y a una comunidad, porque el pesimismo mata muchas oportunidades del porvenir colectivo”. Desde ahí se puede afirmar, que enseñar con visión optimista sobre nuestro propio desarrollo y progreso, es la mejor vía para conseguir el avance social de las personas, creando confianza en el futuro, al fortalecer el carácter de tiempo presente.
Juan Bosch siempre buscaba, que los dominicanos impulsáramos el desarrollo material y espiritual, como prioridad necesaria para poder arribar al desarrollo integral que necesitan los ciudadanos de cualquier país y entendía, que sin disciplina no podía existir progreso perdurable, por eso predicaba sobre los valores, destacando el valor al trabajo y el de la solidaridad.
Bosch concebía el desarrollo integral en la persona, como “un proceso en el que el ser humano integra las distintas manifestaciones de su ser”. Todo lo que realiza el individuo con educación integral, está coordinado con los diferentes aspectos de su persona y las diferentes áreas de su vida. Es de esa manera que el individuo contribuye en forma perdurable, con su propio desarrollo.
Maestros del pueblo, por líderes auténticos, son maestros del pueblo. Por ser educadores de masas, tienen que controlar sus acciones, porque de ellos se aprende en todas las capas sociales de la nación, porque enseñan con su accionar y su decir.
La sociedad considera a los líderes seres principales, debido a su carisma y a su magnetismo. El magnetismo del líder influye sobre los seguidores, haciéndolos ir por el camino que ellos desean y al ritmo que ellos decidan.
Bosch descubrió en Hostos un manantial de sabiduría, entre la que se destacan, que la educación es el soporte de la buena salud, el trabajo productivo, la paz socio colectiva y propia, así como la vía para alcanzar el bienestar común de las personas, las familias y los pueblos.
Finalmente, en su visión sobre la educación, Juan Bosch deja de manifiesto su gran amor por la república dominicana y rinde homenaje a Juan Pablo Duarte, intentando crear conciencia acerca de la dominicanidad, la que -según él- debe ser trabajada desde las aulas, en todos los niveles educativos, y en cada uno de los hogares de las familias de la nación.