La Barquita está formando parte de San Lorenzo de Los Mina y se le considera como subbarrio de éste, lo cual quiere decir que las condiciones de habitabilidad están por debajo de las normas, superando todos los esquemas de riesgo y ciclo de vida, acortado y vulnerando no sólo en lo físico sino también en un horizonte cotidiano aplastado por las condiciones sociales donde no existe un mañana como el más mínimo indicio de superación.
Son estas condiciones las que definen la razón de llegada a un lugar donde todo se pierde con la crecida frecuente del río Ozama, se pierden todos los artículos que marcan la vida diaria en las condiciones más precarias, como por ejemplo: «la cama donde duermo se mojó y la mesa donde como está flotando y lo poco que tenía no sé dónde está», generando la desesperación ante lo imposible.
Pero de donde viene este flujo humano, o grupos humanos a los cuales se ‘ les niega toda posibilidad de superación, tal vez son ejemplo de supervivencia pagando el precio más alto que es sobrevivir aun cuando todas las condiciones de vida, les son negadas v la naturaleza se lo recuerda cuando cada cierto tiempo los obligas a comenzar de nuevo después de cada inundación.
De dónde viene el nombre
Se debe a que en un comienzo no había forma de llegada al menos que fuera por barquitas que cruzaban de un lado a otro del río, los que se atrevían o tal vez aquellos que estén fuera su único recurso y ese era su medio de transporte. No tenían más alternativa.
Bajo éstas condiciones el modelo, un estrato social cuya función principal era sobrevivir con los pocos recursos que lograban y de esa manera fue pasando el tiempo! Veamos los primeros conteos poblacionales hechos en los años 2009-2010 por la entonces Secretaría de Salud Pública realizado con el objetivo de la construcción de un hospital de atención primaria, los datos recogidos en ese momento, decían que La Barquita tenía una población permanente de 7,677 habitantes lo que sorprendió grandemente, pues superaba por mucho los estimados que se habían realizado basados en un crecimiento poblacional normal; pero este caso era diferente, aparecía un dato nuevo y era un gran segmento de la población que no tenía donde ir y buscaba cualquier oportunidad para sobrevivi
Este lugar de asentamiento estaba dividido en cuatro planicies: La primera estaba a nivel del agua y se inundaba, es evidente que con las crecidas del río, es precisamente en esta donde se asienta el grupo humano que formaría el poblado de La Barquita, sufriendo todas las consecuencias de las frecuentes inundaciones.
Las sucesivas planicies son cada vez más altas hasta alcanzar un firme donde no llegaba el agua durante las inundaciones. Esa condición hacia que hubiera características de poblaciones diferentes en cada una de las planicies, así como una densidad de población, cuyas característica fundamental era la economía, que iba desde nada, hasta una pequeña economía, diferente en cada una de las planicies.
Las planicies más afectadas son las de mayor densidad poblacional de 1,058 casas y 4,073 habitantes, estos sectores son conocidos con los nombres de La Lechuga y La Lata, nombres que tenían un significado, referente al alimento que menos cuesta y al recipiente más barato donde transportarla.
Los otros sectores más seguros son La Milagrosa y San José, la connotación religiosa indica un sector humano que salió de la pobreza extrema «con el favor de Dios» esta con una población de 2,546 habitantes.
Es notoria la mayor concentración poblacional está en los sectores de mayor riesgo. Existe una razón económica que son los más y lo que menos tienen y deben aceptar lo que aparezca, donde todo está permitido, por ejemplo los servicios tradicionales como la electricidad se toma directamente del palo de luz más cercano, sin tomar en cuenta los riesgos de la conexión directa, como alto voltaje.
El agua se carga y se toma de donde se puede sin importar las mínimas condiciones de higiene, estas son algunas condiciones de la que se define como zonas de alto riesgo, donde sobrevivir es un premio, donde la muerte, las enfermedades son primas hermanas de todas las familias que habitan las zonas de alto riesgo; pues su presencia es cotidiana.
Este es un tema de estudio para las organizaciones internacionales y grandes conferencias que acompañan los enormes volúmenes con que se terminan los estudios, y sirven de referencia a los gobiernos los cuales la mayoría de las veces tienen oídos sordos al grito cotidiano de las poblaciones con menores recursos.
Las ausencias de estas realidades de las posibles políticas habitacionales para socorrer los grupos de personas más necesitados, no se implementan en una forma coherente. Sólo aparecen en los grandes volúmenes de los planes de gobierno que se escriben durante las campañas políticas y se olvidan al otro día de llegar al gobierno.
Vamos a referimos a las posibles intervenciones en estas zonas de alto riesgo. Qué hacer un estudio para trasladar un segmento humano de estos barrios, fuera de las condiciones infrahumanas donde viven, a unidades que cumplan con todas las condiciones, que definen la sociedad como idóneas y adecuadas para la vida según normas internacionales donde las interacciones de supervivencia dentro del arrabal no están presentes en ningún capítulo de esos manuales.
En este momento nos referimos a las condiciones urbanas y a los conjuntos habitacionales que cumplen con todas las normas espaciales donde una familia realiza un ciclo prefijado para una clase social con determinado nivel económico que pueda solventar las demandas que impone cubrir las necesidades básicas que requiere la sociedad, como son: pago de la electricidad, pago del agua, pago del condominio, imagen personal de toda la familia y tantas otras para desarrollar un período de formación de un grupo, desde su nacimiento hasta su integración a la sociedad, para hacer un nuevo núcleo humano.
Pero podemos tomar un enorme grupo humano y trasladarlo de un espacio urbano donde viven como un desecho social y solo ocupan la tierra de nadie, y llevarlo a un conjunto urbano que tiene todas las características de un nivel de vida que les es totalmente desconocido vivencial y económicamente. ¿Están preparados para asumir nuevas metas que conllevan condiciones que les son totalmente desconocidas?
Al mover un enorme núcleo humano como es el caso de La Barquita, ¿Qué hacemos con todas estas personas si las desalojamos de su hábitat, mientras se construye un enorme proyecto? ¿Bastaría darle para pagar un alquiler, por un período de tiempo?
Esto es una quimera, se les transforma socialmente, económicamente, de tantas otras formas y se les prepara para un cambio que transforma sustancial y definidamente sus vidas.
Y al final, ¿cuál es la respuesta?