René Antonio Fortunato es un cineasta que decidió trazar un camino especializado, el del documental histórico, género que ha trabajado al punto de haber roto récords de taquillas y de venta de formatos físicos de video, introdujo a las salas de cine la proyección de video y ha sido uno de los propulsores de la Ley Nacional de Cine y ha incursionado en el cine de ficción.
Recientemente comunicó que padece cáncer, condición que espera superar gracias a disciplina y tratamiento.
El creador audiovisual responde preguntas a Qué Pasa!
-¿Cuál es su aporte al género documental histórico en el país?
RF: Se me hace muy difícil hablar de mi mismo. Lo que he hecho es rescatar, conservar y difundir la memoria histórica de la nación dominicana, como una forma de contribuir al fortalecimiento de los valores culturales que enaltecen la dominicanidad. Utilizo el cine, el arte de las imágenes en movimiento, para alcanzar estos objetivos, al tiempo que contribuyo con el desarrollo del cine nacional dominicano. Comencé mi labor de realizador cinematográfico a mediados de los años setenta, Al convencerme que la historia es uno de los pilares en los cuales se sustenta la Dominicanidad, entonces escogí en ese momento el acontecimiento histórico más importante de la historia dominicana del siglo XX. El primer tema fue La revolución de abril de 1965, la prueba de cine documental de largometraje que el publico hizo suya y la convirtió en un éxito. Hasta prueba en contrario, la producción cinematográfica dominicana mas taquillera en nuestro país hasta el 1995. Desde mis inicios el Archivo General de la Nación ha sido una de las fuentes primarias de mi trabajo. Tras la llegada de Roberto Cassá a la dirección del AGN se le dio la merecida importancia al material fílmico, eso me motivó a donar todo el material fílmico que yo había recuperado en archivos nacionales y extranjeros sobre nuestro país.
-¿Cómo introdujo en el país la proyección en video cuando solo se utilizaba el celuloide?
RF: En los años 70’s y 80’s hacer cine era una tarea muy complicada ya que había que utilizar material fílmico de 35 milímetros o de 16mm., material que había que comprarlo en el exterior y en muchos casos enviarlos fuera del país para revelarlo. Recuerdo a un crítico de cine de aquellos años decir que lo que no estaba en celuloide no era cine. Yo rompí con ese mito. Asumí el cine como lo que es: el arte de las imágenes en movimiento, no importa el soporte en que se haga.
La tecnología del video era prácticamente de reciente uso en nuestro país. Yo pasé de trabajar en la Productora Fílmica Dominicana, donde todas las imágenes tenían como soporte el 35 mm y/o el 16 mm, a laborar en los canales de televisión, donde ya se estaba utilizando la tecnología del video.
El público dominicano en cierta medida ha sido el guía de mi trabajo. Realicé dos cortometrajes en video: Tras las Huellas de Palau (1985); Frank Almánzar: Imágenes de un Artista(1987). Los presenté en pantalla grande utilizando videoproyectores en la sala de conferencia del Museo de Historia y Geografía, en la Plaza de la Cultura. La gran cantidad de personas que asistió y el entusiasmo que mostraron durante la proyección, fue lo que me motivó entonces a dar el salto a las salas comerciales de cine. Así nació la idea de realizar el primer largometraje documental dominicano “Abril: La Trinchera del Honor”, para estrenarlo en las salas comerciales de cine, en 1988 en seis salas.
En vista de que lo realicé en video tuve que instalar videoproyectores en todas las salas de cine donde se estaba exhibiendo. Contraté los servicios de la empresa Sonilux, de los hermanos Pedro y Nobel Alfonso, quienes rentaban videoproyectores y otros equipos.
El éxito de La Trinchera del Honor fue tan grande, que estableció un record. Hasta el año de 1995, los records de taquilla de las producciones cinematográficas dominicanas, los tienen los documentales “La Trinchera del Honor” y “El Poder del Jefe”. Dije hasta 1995, porque fue en ese año que se estreno “Nueba Yol”, la película de Ángel Muñiz que estableció un antes y un después en el cine dominicano.
Un mercado para el documental
– ¿Cómo creó un mercado para el documental dominicano, que según de dice, lo hizo rico?
RF: El documental es un género cinematográfico que ha sido circunscrito a lo institucional, lo científico y lo educativo en sentido general. En estos casos su realización suele estar patrocinada por instituciones públicas o privadas. Ese es el uso a que estamos acostumbrados a verlo. Aquí y en gran parte del mundo. En el caso del largometraje documental para ser exhibido y comercializado en salas de cine, su realización no resulta rentable en la mayoría de mercados cinematográficos conocidos.
Sólo hay que revisar las carteleras de los cines de aquí y de cualquier otra ciudad del mundo y difícilmente se encuentre en cartel una película documental. Debo señalar que yo estoy muy agradecido del respaldo que le ha dado el pueblo dominicano a mi trabajo.
– ¿Cómo fue la experiencia de hacer una película de ficción?
RF: Dirigir esa película fue realmente una experiencia gratificante y aleccionadora. Hice lo que quería hacer. Una película homenaje a la dominicanidad, que armoniza en su contenido con el objetivo estratégico de todos mis trabajos.
“Patricia el regreso del sueño” conquistó cuatro premios internacionales y logró entrar en la Sección Oficial de mas de diez reconocidos festivales internacionales de cine. Sin lugar a dudas una de las mejores películas del cine dominicano contemporáneo. Dirigir ficción es más complejo y complicado, pero más manejable.
Su salud
– ¿Podría ofrecer información sobre su salud?
RF: Es conocido que padezco de cáncer. Gracias a las recomendaciones que me hicieron los médicos en Estados Unidos y el tratamiento recomendado por médicos dominicanos, estoy sometido a un estricto tratamiento para detener el avance del mismo y mantenerlo controlado. Con este tratamiento, más otras terapias colaterales, al parecer creo que podré disfrutar de unos cuantos años más de vida. En cuanto a mi familia no tengo cómo agradecer su apoyo y solidaridad. Muy especialmente a mi esposa Matty Vásquez, que se ha portado como una campeona. Poniéndose al frente y dándole seguimiento a todos los procesos de salud a que he sido sometido. También a mis hijos Diego y René Alejandro, inseparables soportes en todas las circunstancias. No debo dejar de mencionar a mi querido primo Nelson Morrison Fortunato, quien me ha mostrado una solidaridad inconmensurable. También a mi hermano y amigo de muchos años Fernando Hasbún, quien ha sido un solido soporte en los momentos mas difíciles de esta enfermedad.
– ¿Ha hablado de un nuevo documental casi listo que tiene…? ¿Cuál es el tema, el personaje o la circunstancia?
RF- Mi nuevo largometraje documental titulado “Triunfo de la democracia” se encuentra bien avanzado en su proceso de realización. Nos faltan recursos para terminarlo y estamos trabajando en base a nuestro crédito personal con la esperanza de conseguir los recursos faltantes lo antes posible.