La visita del secretario de Estado, Marco Rubio, a República Dominicana ha resultado provechosa a partir de su promesa de que Estados Unidos no le pedirá al país que acepte una ola de inmigrantes haitianos y de que apoyará con recursos la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad de Haití.

Rubio desmintió versiones de que impulsaría un acuerdo en virtud del cual el gobierno dominicano permitiría ingreso masivo de inmigrantes haitianos como parte de la solución a la crisis que abate a ese país, sobre lo cual dijo que “ningún país del mundo puede tolerar eso, y no se le puede exigir a que este país lo haga”.

El jefe de la diplomacia estadounidense también endosó la reiterada advertencia del gobierno dominicano, de que no formaría parte de una solución a la crisis haitiana, al señalar que eso es responsabilidad del pueblo haitiano y de sus élites, aunque dijo que Estados Unidos no puede ignorar la situación que padece Haití.

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Coincidente con las seguridades ofrecidas por Rubio, de que Estados Unidos mantendrá la provisión de fondos para la Misión Multinacional de apoyo a Haití, ayer arribaron a Puerto Príncipe otros 200 efectivos kenianos que se unen a los 600 que combaten, junto a la policía haitiana, contra bandas armadas.

El presidente Luis Abinader y el secretario Rubio acordaron colocar a República Dominicana en línea de vanguardia en el combate contra el narcotráfico, lo que se considera un reconocimiento al desempeño de las autoridades en el decomiso de toneladas de cocaína que el funcionario dijo tenían como destino a Estados Unidos.

Después del abordaje sobre la crisis haitiana, el asunto “clave y fundamental” en todo lo tratado lo constituyó el tema relacionado con la explotación de yacimientos de tierras raras, cuyo potencial fue estimado por el presidente Abinader en unos cien millones de toneladas.

Aunque admitió que ese recurso pertenece al pueblo dominicano, el secretario Rubio destacó que su extracción como materia prima para uso en bienes de alta tecnología atraería inversión estadounidense, al considerar que ese bien no debería irse al otro lado del mundo.

A partir de lo expuesto por el presidente Abinader y por el secretario Marco Rubio, puede decirse que la visita del influyente funcionario estadounidense ha sido beneficiosa para el país, porque respaldó la posición dominicana sobre la crisis de Haití, anunció oportunidades de negocios y no produjo, al menos públicamente, ningún reclamo oneroso al interés nacional.