Las procesiones religiosas nacieron en la Edad Media como expresión pública de fe y penitencia. Con el tiempo se han convertido en manifestación cultural que mezcla lo religioso y lo popular.
Pero, ¿cómo llegan las procesiones a la República Dominicana? El sociólogo Carlos Enrique Andújar Persinal, explica que las primeras peregrinaciones tienen sus legados añejados en América, y están relacionadas al calendario gregoriano, que tiene el calendario de los santos católicos, con la celebración de determinadas fechas del año, destacándose algunos santos y vírgenes importantes, como son La Virgen de la Altagracia, San Miguel, La Virgen de las Mercedes, entre otros.
Las procesiones religiosas en Dominicana combinan elementos católicos y africanos en sus celebraciones culturales
“Cada uno de esos santos tiene su día en el santoral católico y algunas de esas celebraciones van acompañadas de destinos o peregrinaciones”, explica el sociólogo.

Relata que la más importante de esas actividades religiosas es la de la Virgen de la Altagracia que ya ha alcanzado dimensión internacional, y cuyo destino es la Basílica en Higuey.
La peregrinación más destacada es la de la Virgen de la Altagracia en la Basílica de Higuey
“Otra peregrinación importante para los dominicanos es la del Santo Cerro, de La Vega, por la celebración del Día de Las Mercedes, ligada a la leyenda mística de la aparición de la virgen, en un naranjo, a los españoles”, señala el experto.
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Indica que existen peregrinaciones complejas, como la de la Virgen de La Altagracia, por ser la matrona. Esta se lleva a cabo el 21 de enero en distintos lugares, y recuerda que ha visto peregrinaciones ese día, incluso en la frontera con el vecino Haití.
“Hay muchos puntos que reunen feligreses que no pueden asistir a la Basílica y buscan un punto de evocación”.
Andújar resalta que aunque el origen de estas peregrinaciones está ligado al santoral católico y español, también cuenta con un toque africano en la manera en que se celebra lo sagrado en una sociedad mestiza como existe en este país.
“En la peregrinación dela Basílica, el 20 de enero, cuando empiezan a llegar los feligreses y uno no sabe si está en un festival cultural, en una chercha o en una actividad de la iglesia, porque ahí hay de todo: romo, bachata, baile, tocadera de palo, montadera, gente acostada en el patio de la iglesia con colchones, haciendo de todo; pero una vez dan las 6:00 de la mañana del 21 de enero, la gente se para a hacer su fila para su petición a la Virgen de la Altagracia. Esta es la forma que tiene el dominicano de celebrar y eso no es bueno ni malo, simplemente es su forma de celebrar lo religioso”, explica.
Existen otras más estructurada en las formas católicas de las procesiones que se hace en la Ciudad Colonial, mientras apunta que la que se realiza en el Santo Cerro es la más católica y con menos elementos africanos. Dice es la más limpia y tiene menos contaminación, entre comillas, cuya esencia es un catolicismo popular.
Estas festividades también impulsan la economía local mediante la venta de productos y el turismo
En cuanto a cómo influyen en la economía y el turismo, dice que mucho ya que en estas actividades se comercializa de todo. “Todo el mundo vende y todo el mundo compra, desde dulces hasta artesanía, productos locales. entre otros, además de que los feligreses dejan joyas en pago por favores recibidos al hacer peticiones de sanación o de algunos otros favores a las vírgenes y santos”.
Sobre el turismo asegura que estos eventos, además de atraer turistas locales, atrae personas de otros países que vienen a disfrutar y participar de las peregrinaciones.