El llamado del papa León XIV a las potencias para que colaboren en la restauración de la paz y la seguridad en Haití no debe quedar como la voz que clama en el desierto. Ante la creciente desesperación y la impotencia de las autoridades haitianas para restablecer el orden, el llamado de su santidad tiene que ser escuchado.
El papa mostró su preocupación por la crisis haitiana, que cada día se torna más dramática no obstante los limitados esfuerzos de sus autoridades para superarla. Al mostrar su honda preocupación, el pontífice clamó a los líderes pandilleros para que liberen a los rehenes y devuelvan la tranquilidad y la seguridad a la población con el cese de sus acciones.
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Durante el ángelus en la plaza de San Pedro, León XIV solicitó ayuda concreta a la comunidad internacional para que los haitianos puedan vivir con seguridad en su país. El llamado del papa concuerda con el esfuerzo desplegado por las autoridades dominicanas para que se aumente la cooperación en favor de la estabilidad y la seguridad en Haití. Los llamados que se han formulado se han quedado en el aire. Quiera Dios se escuche el del papa.