Reportajes

Letra muerta proyectos contra trabajo infantil  

<P>Letra muerta proyectos contra trabajo infantil  </P>

SANTIAGO.    Es mucho lo que se ha hablado en torno al trabajo infantil, y al parecer lo que se ha comentado aún no es suficiente y es que “todavía hay mucha tela por donde cortar” como bien dice el adagio.

El caso del niño que tarde en la noche, llega a un centro comercial ubicado en el barrio La Fuente de esta ciudad, se suma a esta realidad que algunos se atreven a tachar como explotación infantil y donde para más de uno, interfiere una mano no tan pequeña que a veces se encuentra latente.

A las 10 de la noche, llega el pequeño de tan sólo 9 años de edad a este lugar, con flores de venta que sostiene con una mano mientras que con la otra toma la muleta con la que se apoya para poder caminar.

Y desde que llega allí,  sin lugar a dudas llama la atención de las personas en aquel centro comercial “mira, a ese pobre niño le falta una pierna y vendiendo flores” fue una de las expresiones que se alcanzó a escuchar en aquel concurrido lugar donde el pequeño desde que hace su entrada se convierte en el centro de atención para la mayoría de los presentes.

Se desplaza de mesa en mesa, sin necesidad de tener que ofrecer su producto y es que son ellos, los clientes de aquel centro comercial, quienes lo llaman para comprarles las flores que el niño comercializa a 100 pesos el paquete.

Pero antes de adquirirlas, les hacen todo un interrogatorio que termina por convencerlos de tal manera  que más de un paquete de flores deja este niño en cada mesa en que lo llaman, sin necesidad siquiera de hablar de las flores, sino de su vida.

Preguntas como: ¿Dónde vives?, ¿Y tus padres?, ¿Vas a la escuela?, son algunas de las que salen a relucir al dialogar con este pequeño que al conversar por lo menos con periodistas de este medio, manifestó que “siempre respondo esas preguntas a la gente en la calle y dondequiera… ya me sé la respuesta de memoria” dijo.

El niño vive en Licey al Medio, pero según informó cuando “me coge la noche, me quedo con mi tío que vive debajo del puente”.

Las flores las compra en las proximidades del cementerio de la calle 30 de marzo de esta ciudad a las doce de la medianoche y por lo menos el domingo, en que fue entrevistado quedó supuestamente en reunirse “con su padre” en un bar de esta ciudad.

La conversación concluyó con el timbre de un celular que hizo que rápidamente el pequeño se despidiera “me tengo que ir” fue lo último que dijo después de recibir esa llamada.

Cuando salió de allí, no tenía ni un sólo paquete de flores en las manos y es que hubo quienes movidos por la pena de ver a aquel niño sentado a horas de la noche en aquel centro comercial y con una incapacidad para caminar, terminaron por comprarles  todas las flores.

El paradero del dinero que a horas de la noche y expuesto al peligro consigue este menor, a la fecha se desconoce y quienes están detrás de este negocio a todas luces lucrativo, mucho menos, lo cierto es que la explotación infantil sigue siendo tema vigente del que se perjudica unos y se benefician otros.

Cifras de Unicef

El organismo internacional   calcula que en todo el mundo hay 158 millones de niños y niñas de entre 5 y 14 años que trabajan, lo que equivale a 1 de cada 6 niños y niñas. Millones de niños y niñas trabajan en condiciones de peligro.

El Nacional

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