A partir de mañana se inicia la salida de vacacionistas desde el Gran Santo Domingo y otros asentamientos urbanos hacia las diversas provincias en procura de disfrutar con los suyos el largo feriado de Nochebuena y Navidad, por lo que el peligro estará al asecho en el congestionado tránsito por autopistas y carreteras.
Centenares de autobuses, minibuses y automóviles, camionetas y yipetas emprenderán viajes por autopistas troncales, carreteras secundarias y caminos vecinales, por lo que la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) debería aplicar un protocolo de prevención de accidentes.
Ese inusitado flujo vehicular arrancará cuando todavía el lienzo vial estaría impactado por las intensas lluvias que afectaron gran parte del territorio nacional con secuelas de derrumbes e inundaciones, lo que obliga a choferes y conductores a redoblar precaución.
El congestionamiento del tránsito sería más notorio en los tramos de autopistas que conducen a los aeropuertos de las Américas, Punta Cana, Cibao y Gregorio Luperón, por cuyas terminales arriban miles de turistas extranjeros y dominicanos residentes en el exterior.
Son muchas las familias que viajarán hacia complejos hoteleros ubicados en las zonas este y norte o en vacacionales turísticos de la región sur, por lo que todos los caminos estarían muy congestionados y requerirán de mayor vigilancia policial.
Las autoridades deberían aplicar a pie de letra la ley contra los conductores que manejen de forma temeraria, exceso de velocidad o en estado de embriaguez, lo que debería conllevar en casos graves a la retención del vehículo y detención del infractor.
Se requiere prohibir el tránsito de patanas y camiones por carreteras y autopistas durante el periodo de asueto por las celebraciones de Nochebuena y Navidad, con excepción de aquellos autorizados a transportar combustibles o alimentos.
Cada quien tiene la obligación de cumplir con la ley y el deber de observar moderación y respeto por los demás en camino a su lugar de destino y en los lugares donde pernoctarán durante el largo fin de semana, en el entendido de que todos deben preservar la vida propia y la ajena, lo que se garantiza con ley y orden.