Articulistas

Libre pensar

Libre pensar

¿Pagar a periodistas…?

El relacionista oficial me invitó a un almuerzo, hace unos años, y le contesté que no quería recibir nuevos gestos sarcásticos, como me ocurrió en un prestigioso restaurante.

En la ocasión referida, el camarero me pidió que le identificara la entrada, y le respondí que
pasaba; ¿plato fuerte?, con una mano le dibujé el Cero; ¿el postre?,
con la otra mano le grafiqué otro Cero, y ¿el café?, le contesté
que también pasaba.

Al colega le especifiqué por teléfono –en la pasión de las risas-
que no volvería a un almuerzo para sólo pedir una crema de auyama. Al decirme –por mi insistencia- que los periodistas no le estaban publicando nada, le pregunté si les habían suspendido algún aporte mensual, y así era… Entonces le señalé que con ellos estableció una relación comercial, que quedó rota, y que no había salvación.

Para que oculten o difundan aconteceres, en las últimas décadas,
dirigentes políticos, funcionarios y empresarios han depositado –por debajo de la mesa- dinero en bolsillos de periodistas, viéndolo como algo normal y no como un acto de pura corrupción. En verdad, apena que la autosugestión de muchos de éstos aúpe los excesos verbales y el chantajismo para obtener prebendas.

Como anormalidad socio-genética, una casta de ambiguos cambia de color en un minuto, como el camaleón, con el advenimiento de cada nuevo gobierno, olvidando sus compromisos partidarios. Por carencia de lealtad a fin de asegurar el manjar, lo que hace unos meses laminaba como limpio, de un sopetón pinta como sucio.

¿Se ejercen las relaciones públicas sin pagar…?

Testimonio personal. El 15 de septiembre de 1989 instalamos la
oficina de relaciones públicas número 16 de República Dominicana, con un préstamo. En estos 31 años hemos ofrecido nuestros servicios a decenas de asociaciones empresariales, instituciones de interés social y firmas corporativas.

Al gobierno: 0 (cero).

La filosofía de trabajo ha sido suministrar informaciones de alto
interés, redactadas periodísticamente; responder rápido las
solicitudes de datos y entrevistas, y apropiada atención en los
actos.

Además, ha imperado la solidaridad profesional/personal:
acompañamiento en momentos de dolor, por más de 30 años hemos formado
más de mil periodistas, y por más de 40 años nos hemos consagrado a la tarea gremial.

Los colegas han sido generosos con nuestra labor publirrelacionística, el principal sustento familiar. El respeto y el respaldo han sido categóricos. Ninguno de ellos nos ha formulado propuestas indecorosas.

El funcionario, empresario o relacionista que paga a un periodista, en vez de hacerle un favor lo enajena y causa un daño. La nocividad es mutua, en una corrupción activa y pasiva, y los resultados no son halagüeños. La reputación magnifica como su más preciado valor.

Por: Oscar López Reyes

oscarlopezperiodista@gmail.com

El Nacional

La Voz de Todos