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Libre pensar: Abinader; empresarios y empleos

Libre pensar: Abinader; empresarios  y empleos

El presidente Luis Abinader prioriza las inversiones privadas, consciente de que los empresarios son los primeros hacedores de riquezas y empleos. El  Banco Central notifica que los ocupados en enero-marzo de este año se sitúan en la misma cota que en el trimestre de 2019 (precovid), y que el desempleo disminuyó en 1.6 puntos porcentuales, en virtud de que cruzó de 8.0% en enero-marzo de 2021 a 6.4% en igual período de 2022, acontecimiento que merece ser celebrado leyendo la anécdota sobre el Carisma del líder y el cuento El cofre encantado.

Interpretemos los cuadros del Banco Central: los empleados privados formales e informales suman cuatro millones 363 mil 806, y los negociadores por cuenta propia son un millón 766 mil 958, para un total de seis millones 130 mil 764 que manejan monedas de fuentes particulares. Los servidores públicos son 644 mil 596, para un 10.51% de los dominicanos que perciben ingresos mensuales.

La predilección de Abinader por la multiplicación de empleos responde a un imperativo nacional, porque tenemos tres millones de desempleados e inactivos. La actividad productiva aúlla como la opción más factible para salir de la pobreza.

La restauración de la convulsionada economía capea, cónsona en el corrillo de la nueva confianza, para sosiego colectivo: su crecimiento interanual ha sido de 6.1% durante el primer trimestre del 2022.

El empeño vehemente y la motivación del jefe de Estado en el empresariado desfila con éxito, colmado de notoriedad, por su descollante participación en el Producto Interno Bruto (PIB) o forja de caudales/haciendas: fabrica o intermedia los productos alimenticios y otros bienes y servicios de diario consumir; aporta el 90% de las plazas laborales y el 75% de los ingresos tributarios con los que se cubren los gastos sanitarios, educativos, infraestructurales y otros.

A Abinader se le endilga -despectiva e inocentemente- encabezar un gobierno de patronos, olvidándose el decir de que “un país es más rico si tiene más empresarios”, desbordado de visión, pasión, tenacidad, riesgos, ética, humildad y sensibilidad socio-comunitaria. Por algunas de estas ausencias, emprendedores nativos han estado en la picota, y se les identifica -lamentablemente que por el mal comportamiento de menos de un 1%- más con el saqueador corsario inglés Sir Francis Drake que con el innovador y filántropo norteamericano Bill Gates, fundador de Microsoft.

Mucho ha hecho Abinader, en un empuje que llanta en el filo de tres abortos: 1) la sequedad de las finanzas públicas dejada por la anterior administración gubernamental, 2) el terremoto del Covid-19, y 3) la guerra entre Rusia y Ucrania, que ha generado una punzante inflación, por la afectación de las cadenas globales de abastecimiento de alimentos y la subida de los precios del petróleo.