Mientras pende de un hilo el acuerdo de paz en Medio Oriente, Washington ha tenido que jalarle una oreja al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, para que cese la masacre en Gaza y desista de propósitos como la ocupación de Cisjordania.

En tanto continúan las movilizaciones en diferentes países a favor de Palestina, el canciller estadounidense Marco Rubio hizo un viaje urgente a Tel Aviv para advertirle a Netanyahu sobre las funestas consecuencias geopolíticas del incumplimiento del cese al fuego.

El presidente Donald Trump, quien por el acuerdo se consideró merecedor del Nobel de la Paz, ha advertido al primer ministro israelí que perdería su respaldo si reanuda los ataques en Gaza.

Pese a las advertencias, Netanyahu se ha resistido a facilitar rutas como la de Rafah para el transporte de comida a los residentes en Gaza.

Organismos internacionales han advertido sobre lo delicado de la situación e incluso temen que Israel reanude el genocidio en cualquier momento de no sancionarse al primer ministro y sus colaboradores.