El hecho de que tantos artistas se encuentren envueltos en procesos judiciales por reclamos y querellas por violación de derechos de autor, plantea de manera clara el desconocimiento que existe sobre la ley que los protege.

Aunque algunos de esos artistas son reincidentes en plagio y empleo no autorizado de canciones y música que tienen dueños, hay otros que alegan lo hacen por ignorancia , como en el caso de los llamados exponentes urbanos, que usan de terraplén estrofas de canciones que tienen dueño, sin parar mientes en las consecuencias de sus acciones.

Deberían fijarse en el espejo de Shakira que se vio precisada a pagar una alta suma de dinero a Luis Díaz por la utilización del estribillo “baila era la calle, de noche, baila en la calle de día” en su canción “Hips don’t lie”, (ft. Wyclef Jean). Raphy Mercado, presidente de RMM Music, decidió declarar su compañía en quiebra tras perder una demanda por derechos de autor por $7.7 millones.

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El cantautor puertorriqueño Glenn Monroig presentó una demanda en el tribunal federal en Puerto Rico por los derechos de autor de su tema «Yo soy», usado en una producción de Mercado grabada por los cantantes de salsa Cheo Feliciano y Gilberto Santarosa.

Y aquí Anthony Santos le pagó dos millones a Ney Nilo, por uso indebido de una de sus canciones, en tanto que Wilfrido Vargas hizo lo propio con Winston Paulino, por una demanda que le plantaron por cobro de los derechos del merengue “El Baile del Perrito”. Sorprenden otras demandas recientes que han caído sobre Antony Santos y Wilfrido Vargas.

Por: Joseph Caceres
josephcaceres.net