Éste no fue un momento para tirar la cadena. No era el momento de simplemente seguir adelante.
Tom Thibodeau no iba a enterrar la cinta.

Sus jugadores no iban a eliminar de sus memorias colectivas la difícil de comprender derrota del miércoles por la noche en el Juego 1 de las finales de la Conferencia Este.

Por mucho que los Knicks necesiten volver a centrarse en el enorme Juego 2 del viernes por la noche, también tienen que recordar lo que los llevó a desperdiciar una ventaja de 14 puntos en los últimos 2:39 del tiempo reglamentario para evitar que vuelva a suceder.

Aproximadamente 12 horas después de uno de los peores colapsos en los playoffs en la historia de la franquicia, estaban juntos nuevamente, reviviendo los sangrientos detalles de esta sorprendente derrota.

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“Fueron solo [esos] últimos cinco minutos, aprendiendo de ello, asumiendo la responsabilidad y sabiendo qué tenemos que hacer mejor”, dijo Mikal Bridges el jueves. “Obviamente, queremos recuperar ese partido. Pero es una serie de siete partidos, así que hay que salir, ser mejores, pero con suerte, terminar el próximo partido”.

Bridges sintió que las vibraciones del equipo eran «buenas» y la energía «bastante alta» un día después.
Pensó que los Knicks se “relajaron” en el cuarto cuarto cuando ampliaron la ventaja a 17. En numerosas ocasiones, dijo que fue un problema de comunicación lo que llevó a tantos tiros abiertos de los Pacers.

Zach Braziller
New York Post