LAS VEGAS, AP.— Durante la mayor parte de los últimos seis años, Patrick Mahomes ha tenido que fabricar el chip que lleva sobre su hombro, porque los Kansas City Chiefs han sido tan buenos durante tanto tiempo que casi siempre se esperaba que ganaran.
Ese ya no es el caso.

Durante una temporada en la que los Chiefs tuvieron problemas en la ofensiva y en un momento perdieron cinco de ocho juegos, pasaron de ser los favoritos semanalmente a algo completamente diferente: un perdedor. Se convirtieron en el equipo que recibía los puntos cuando salían las líneas de apuestas, en lugar de cederlos, y ese chip en el hombro de Mahomes de repente apareció por sí solo.
“En cierto modo encendió un fuego debajo de algunos muchachos”, admitió Mahomes, “incluyéndome a mí”.

Desaparece la idea de darle al dos veces Jugador Más Valioso de la liga y del Super Bowl otra razón para sentir que necesita demostrar su valía.

Sin embargo, eso es exactamente lo que Mahomes ha hecho en los playoffs, donde ha jugado lo mejor que ha hecho en toda la temporada. Lanzó para 262 yardas y un touchdown en una gélida victoria por el comodín sobre Miami, duplicó su apuesta con 215 yardas por aire y dos anotaciones en una victoria divisional en Buffalo, y tuvo 241 yardas por aire y un touchdown en Baltimore, todo sin lanzar una intercepción.

En los últimos dos de esos juegos, los Chiefs no eran los favoritos en el inicio, tal como probablemente lo serán cuando jueguen contra los 49ers en el Super Bowl el domingo en la meca del juego de Las Vegas. San Francisco ha sido un favorito constante por 1,5 puntos, según FanDuel Sportsbook, aunque ese número podría cambiar según el tiempo del juego.