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Milagros Ortiz Bosch

Milagros Ortiz Bosch

Chiqui Vicioso

Creo que pocos entienden que una de las dimensiones del trabajo de Milagros Ortiz Bosch, como responsable de la comisión de Ética del Estado, es velar porque esa ética se practique en todos los ámbitos, y ello también incluye el acoso sexual en los ámbitos profesionales y de trabajo.

Si las muchachas dominicanas, o extranjeras, supieran esto, las oficinas de MIlagros estarían llenas de denuncias formales, pues conozco historia tras historia de profesores y asesores de la UASD y otros ámbitos que son famosos por exigir favores sexuales de las estudiantes para que estas puedan realizar sus estudios, pasar de curso, o sencillamente concluir una tesis.

Lo mismo se aplica en los centros de trabajo.  A mi casa llegó una muchacha cuyo supervisor en un hotel de Punta Cana le hizo la vida tan imposible que tuvo que renunciar.  El tipejo, acostumbrado a sus fechorías, no entendía que ella tenía su pareja y que sencillamente le era imposible aceptar sus asaltos.  Le dije que se hiciera acompanar de su padre, a no aval, tan acostumbrado estaba el tipejo  a sus fechorías que ella no tuvo más remedio que renunciar.

Lo cual me trae acosador.   Detrás de todo acosador hay un hombre fracasado que sencillamente no sabe conquistar a una mujer.  Usted se tiene que ganar una mujer con la admiración, inteligencia, el respeto, cortesía,  gentileza y tratar de imponerle a la fuerza que lo acepte no es más que una declaración de impotencia.  Sencillamente usted no le gusta a la persona y si no le gusta ma pa´lla hay gente, como dice el campesinado dominicano, usted no tiene que emperrarse en obligar a ninguna mujer a responder a sus urgencias, sean estas del tipo que sean.

Tengo ya compilado un listado de estos especímenes y uno de estos días los publicare, aunque sea en espacio pagado, para que en la UASD, predio favorito de estos depredadores; y otras universidades, se vayan enterando de quienes son sus violadores en potencia, sus impotentes a sueldo.  Mientras, lo que recomiendo es que estas muchachas víctimas de los ardores irrefrenables de estos, en muchos casos viejos verdes o menopáusicos, se apersonen a la oficina de Milagros Ortiz Bosch y coloquen una denuncia formal, a ver si detenemos esta práctica que es una forma constante y oculta de abuso contra jóvenes mujeres que sienten que no tienen nadie a quien acudir. 

Y esto es lo tragico, que aun en un ámbito donde este tipo de abuso no debería de existir las muchachas no logran trabajar en paz, estudiar en paz, escribir sus tesis en paz, graduarse en paz.

Los padres de esas jovenes deben jugar un papel más proactivo.  Apersonarse con sus hijas en las oficinas de los depredadores sexuales y decirles: Ellas tienen familia, o si no hacerse acompañar de una, que para eso estamos.  Pueden contar conmigo!  Tengo un bate listo para esos fines.