Compelido por el agravamiento de la crisis haitiana, el presidente Luis Abinader advirtió ayer que el Gobierno optará por establecer medidas más drásticas para garantizar la seguridad fronteriza, en vez de promover la vuelta a la normalidad en los nexos entre ambos países, como lo propone el gobierno haitiano.
El titular del Consejo de Transición Presidencial de Haití, Fritz Alphonse Jean, abogó por el restablecimiento del tráfico aéreo entre ambos países, lo que fue desestimado por el mandatario dominicano, al señalar que la situación de seguridad se ha agravado con la toma por parte de bandas armadas de la comunidad haitiana de Mire-Vale.
No están dadas condiciones para para reanudar negociaciones entre Haití y República Dominicana, aun cuando sus respectivos gobiernos alberguen deseos de reemprender caminos dialogantes, porque uno no tiene nada nuevo que ofrecer y el otro esta imposibilitado de cumplir compromisos acordados.
Quizás sería posible reinstalar la Comisión Mixta Bilateral, un pedimento haitiano que el presidente Abinader ha remitido a la consideración de la Cancillería, cuyo ámbito de acción podría limitarse a la cooperación en materia de seguridad, sanidad pública y de prevención fitosanitaria.
Grupos armados atacaron el lunes la prisión civil de Mirebalais,lo que provocó la fuga de centenares de reclusos, en otro escalamiento de la crisis haitiana, lo que sirve de sustento al anuncio del mandatario de que el Gobierno aplicará medidas aún más drásticas en términos de migración y seguridad fronteriza.
La situación en Haití se torna de mal en peor con la ampliación de control territorial por grupos vandálicos, incluidos comunidades que sirven de vía de paso a mercaderías importadas desde República Dominicana sobre las cuales exigen pago de peajes para permitir su distribución y mercadeo.
A eso se debe el anuncio presidencial sobre la implementación de una serie de mecanismos y acciones, que incluyen mayores inversiones en la construcción del muro fronterizo y equipamiento para luchar contra la inmigración irregular, iniciativas que no requieren ser socializadas en ningún espacio dialogante con los vecinos.
Haití siempre podrá contar con la solidaridad dominicana en el reclamo a la comunidad internacional para que preste ayuda real y efectiva a esa nación que brega por contener a las bandas armadas que imponen terror y muerte, pero es obligación del gobierno dominicano preservar y consolidar la seguridad intrafronteriza, imponer control migratorio y defender la soberanía nacional, aun sea con medidas drásticas, como adelantó el presidente Abinader.