Sabemos que el Partido de la Liberación Dominicana le hizo un daño ético y moral al país como ninguna otra organización política. Lo que no sospechábamos era que el daño era tan grande. Se necesitará mucho tiempo para curar las heridas que le hizo al cuerpo social –como se dice ahora- de la nación.
El PLD, como ya he señalado anteriormente, se corrompió a sí mismo y corrompió a los demás: políticos, intelectuales, artistas, académicos, abogados, ingenieros, médicos, periodistas, militares, policías, bomberos, clubes, dueños de medios de comunicación, empresarios, comerciantes, empleados, obreros, campesinos, amas de casa y buhoneros. El festín de la corrupción nos tocó a todos de un modo o de otro.
Nadie se quedó sin bailar. La sociedad padeció de un cáncer inyectado durante los gobiernos del PLD, que hizo metástasis en todo su cuerpo. No sabemos si la radio y la quimio podrán reducir los tumores malignos que nos matan como país, como sociedad. Nadie salió del lodo sin enlodarse. El pantano era demasiado grande.
El Partido Revolucionario Moderno tiene la tarea de producir una profilaxis en el Estado si quiere salvar la nación, para que nunca más, -¡nunca!- el PLD vuelva al poder. Al contrario las buenas prácticas políticas tienen que producir la desaparición del PLD; su destrucción. ¡Nunca más PLD! ¡Nunca más!
El sistema de partidos políticos colapsó. No sé si la clase política lo sabe, pero es así. Este proceso electoral ha servido para sacar del escenario a muchas figuras perversas, que no tienen la más mínima idea de lo que está pasando en el mundo.
Los políticos de mentalidad medieval ya no tienen cabida. Se los llevó el tiempo y el proceso. El PLD, como diría su fundador Juan Bosch, ya cumplió su ciclo, su razón de ser, si es que alguna vez la tuvo. Ahora es una retranca para el desarrollo.
Para destruir al PLD, para borrarlo de la faz de la isla, de la historia si es posible, el gobierno del PRM que encabezará Luis Abinader tiene que actuar transparentemente, con los objetivos bien definidos poniendo la política al frente de sus acciones. Creo que debe comenzar por decirle al pueblo qué hicieron los dirigentes del PLD en 20 años en los cargos que ocuparon, cómo llegaron al poder y cómo quieren salir.
Eran pobres de solemnidad, clase media baja y muy baja. Ahora son burgueses inorgánicos adinerados, empresarios, socios en muchas empresas, terratenientes, etc. Ninguno podrá justificar sus fortunas. Eso hay que decirlo a la opinión pública. Que el pueblo conozca a sus verdugos económicos, a los responsables de su pobreza. Luego tienen que pagar el daño producido. Todo el que no pueda justificar sus bienes a la cárcel y despojarlo de cuanto se robó.
Por: Juan Taveras Hernández
JUANTH04@hotmail.com