Naciones Unidas (ONU) consideró que la celebración de elecciones participativas, creíbles y transparentes es la mejor fórmula para superar la actual crisis política de Haití, que por demás ha agravado sus problemas sociales y económicos.
Pero la ONU pasa por alto que ahora mismo lo que está en juego no son los comicios, sino la legitimidad en el poder del presidente Jovenel Moïse.
El mandatario se ha atrincherado en el poder bajo su propia determinación toda vez que ha desconocido un mandato de la Justicia según el cual el período para el que fue electo concluyó el 7 de este mes. Sin embargo, Moïse no solo insiste en que entregará el 7 de febrero de 2022, sino que se ha atribuido la potestad de pensionar a jueces desafectos a su permanencia en el poder.
Entre los magistrados figura Joseph Mécène Jean Louis, quien fue elegido por la sociedad civil y las fuerzas opositoras para sustituir a Moïse y organizar las elecciones pautadas para el 19 de septiembre de este año.
Pero la ONU, aunque reconoce los excesos en que ha incurrido el mandatario, ha obviado el conflicto sobre la permanencia en el poder a la fuerza del presidente Moïse.
