En términos generales el oficialismo tiene suficientes razones para festejar los resultados de las elecciones municipales del domingo, pues no sólo consolidó, sino que alcanzó dos plazas importantes que se suponían bastiones de la oposición.

Se trata de Santiago, el municipio del candidato presidencial del PLD, Abel Martínez, que se entendía sería preservado para salvar el liderazgo opositor en la demarcación.

Pero Martínez y el diputado Víctor Fadul, los candidatos a la presidencia y a la sindicatura, no se acercaron ni siquiera a una batalla reñida al perder de manera aplastante.

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Con menos dimensión también el candidato presidencial de Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, recibió un duro golpe con la pérdida de Santo Domingo Norte, una plaza que por la relación con su imagen tenía que preservar.

Pero el alcalde Guzmán, que encabeza la alianza Rescate RD perdió de manera convincente de la diputada Betty Gerónimo.

Los casos no anticipan los resultados de las presidenciales de mayo, pero tampoco dejan de ser un referente sobre el liderazgo o las preferencias en las demarcaciones.

El candidato del PLD salía muy bien parado si su candidato conservaba el municipio de Santiago, que hasta ahora ha sido su principal bastión electoral.

Tanto a los candidatos del PLD y Fuerza del Pueblo la pérdida de plazas electorales debe servirles de experiencia, al menos para su estrategia proselitista.