En las elecciones del domingo no se percibía ningún signo de incertidumbre, pero el visto bueno del proceso dado por la misión de observadores de la OEA fortalece la imagen internacional del país.

Además del orden y la seguridad los sucesos ocurridos, como la balacera en Fantino donde tres personas resultaron heridas, no ensombrecieron el clima electoral.

El reconocimiento del excanciller de Paraguay, Eladio Loizaga, debilita cualquier irregularidad que pretenda enarbolarse como muestra de contaminación del proceso. Y coloca a República Dominicana entre las naciones de la región con un sistema democrático cada vez más robusto.

Es importante que el expresidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, también ponderara el desarrollo de un certamen cuya integridad, a pesar de denuncias de sabotaje y supuesto abuso de poder, nunca estuvo en juego.

La gente no pareció compartir los temores sobre algún tipo de trama para manipular los resultados. Por los reconocimientos de observadores internacionales y el civismo con que se desarrolló el proceso, República Dominicana salió airosa de la prueba.

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Para más esplendor los equipos electrónicos no ofrecieron ningún inconveniente en la transmisión de las actas, que la JCE, para proteger la expresión de los electores, decidió contar de manera manual.

Aunque no todo estén de acuerdo es de gran importancia la opinión sobre el proceso de los observadores internacionales.