En vez de promover excesivo optimismo sobre el control de la covid-19, las autoridades de Salud deberían insistir en exhortar a la población s completar el proceso de vacunación y respetar a pie de letra el protocolo de prevención pandémica.

De poco sirve contradecir el pronóstico que ha hecho la rastreadora de casos de coronavirus de Johns Hopkins, Denise Gómez, de que en la semana del 18 al 24 de octubre se registrarían más de 21 mil casos de contagios, porque lo prudente sería que se adoptaran las medidas preventivas de lugar para evitar esa fatalidad.

No se niega lo expuesto por el viceministro de Salud, Eladio Pérez, y el director de Epidemiología, Ronald Skewes, de que el comportamiento que ha tenido el virus en el país muestra que los rebrotes u olas tienen cada vez menos impactos en la población y en el sistema de salud.

El doctor Skewes admitió que el índice de positividad del coronavirus no baja de entre un 5% a un 6%, aunque la meta de las autoridades es que se ancle en un 1%.

Es irrelevante contradecir el pronóstico de la doctora Gómez, porque a lo que debe apostarse es a que no suceda, para lo cual simplemente debe procurarse desalentar los teteos o cualquier evento que signifique riesgo de mega contagios, estimular que la población acuda a los centros de vacunación y que cumpla con el protocolo de prevención sanitaria.

Mejor sería que Salud Pública y educación asuman las previsiones de lugar para que el retorno a clases no signifique posibilidad real de rebrote pandémico.