Los escándalos, al parecer estimulados por el manto de impunidad que lo rodean, no cesan en el penal de La Victoria. No se sabe en qué quedó la investigación sobre el sofisticado centro tecnológico detectado en el recinto, así como tampoco la pesquisa del incendio en que murieron 13 reclusos.
Ahora se ha dado cuenta de que reclusos del penal La Victoria utilizan el marketplace de Facebook como fuente para estafar incautos.
Una crónica en Diario Libre indica que los llamados privados de libertad se valen de una estructura con múltiples líneas telefónicas, falsas identidades de personas y empresas para efectuar sus operaciones fraudulentas.
El Indotel se ha propuesto restringir el uso de celulares en cárceles como La Victoria, pero al parecer los reclusos se las han arreglado para burlar el sistema. Pero por más diestros que sean en cuestiones tecnológicas se duda que se pueda operar un centro de estafas desde una penitenciaría sin algún tipo de complicidad.
¿Cuántos de los presidiarios están en capacidad de operar redes de comunicación digital como las detectadas en La Victoria? De no ser por la impunidad se sabría la verdad.