Las reformas marcan el segundo período de cuatro años que el presidente Luis Abinader iniciará a partir de hoy.

La constitucional, en la que tanto interés ha puesto el mandatario para “blindarla” de las ambiciones reeleccionistas, representa el más polémico e importante de la reestructuración institucional a que se abocará el gobernante.

La fiscal y otras tendrán, al parecer, que esperar su momento. Aunque el mandatario cuenta con mayoría absoluta en las cámaras legislativas Abinader empeñó su palabra de que la reforma constitucional no será impuesta.

Aspectos polémicos, como el rechazo de fiscales a la modificación del artículo 174, que trata sobre la composición del Consejo Superior del Ministerio Público, han sido excluidos.

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Pese a la advertencia de Fuerza del Pueblo de que tomará las calles si se toca la Constitución, Abinader tiene la reforma como el principal punto de la agenda que inicia a partir de hoy.

Tras la expectativa con las sustituciones y nombramientos de funcionarios, al menos los primeros días de los próximos cuatro años estarán marcados por los debates políticos y jurídicos alrededor de una reforma que unos consideran innecesaria y otros fundamental para consolidar el sistema institucional.

Por encima de todo Abinader inaugura su segundo mandato en medio de una significativa estabilidad social y económica y con un amplio respaldo popular.