Con la suspensión del padre Juan Manuel Mota de Jesús, quien había sido denunciado por violaciones sexuales mientras dirigió la parroquia Catedral de San Pedro, en Constanza, el Tribunal Eclesial de Roma despeja el camino para que el religioso sea encausado por la justicia dominicana.
Sin que deje de llamar la atención que mientras el Ministerio Público archivó el expediente en 2014, el Vaticano sí encontró méritos para apartarlo de sus funciones por las violaciones que se le atribuían. Unas 15 mujeres de Constanza acusaron al religioso de obligarlas a tener relaciones, pero en la investigación que se dispuso no se encontraron indicios comprometedores. Sin embargo, el Tribunal Eclesial de Roma sí consideró que las denuncias bastaban para despojar al religioso de sus atribuciones.
El contraste entre ambas decisiones se inscribe entre los factores que alimentan la desconfianza frente al papel de las autoridades cuando se trata de impartir justicia. Aunque todavía haya que esperar.