Quiero hacer un llamado a mis colegas periodistas que están al frente de las diferentes unidades de comunicación y relaciones públicas de las instituciones públicas y privadas.

Ese llamado consiste en que no maltraten con su indiferencia a sus compañeros informadores que van a sus respectivas entidades a buscar material de trabajo o entregar propuestas publicitarias.

Y no estoy sangrando por la herida, tal como dice el popular dicho dominicano.

Como gremialista en el ejercicio periodístico, me veo en la necesidad de escribir a favor de esos amigos que son discriminados por quienes encabezan las oficinas comunicacionales o de relaciones públicas.

Es cierto que, en las instituciones no oficiales, hay muchos rigores para el acceso a determinadas informaciones o a la consecución de publicidad.

Sin embargo, esos aspectos son muy diferentes en el ámbito público.

Cuando visito a algún compañero periodista en el área gubernamental, siempre siento el calor y la decisión de esos compañeros de escucharme.

Pero, también es cierto que, muchos periodistas que no son muy reconocidos, pasan las de Abel (recuerden que quien murió no fue Caín) cuando van a solicitar un determinado servicio.

Esos amigos jefes de comunicación, se les esconden a cualquier compañero que no tenga nombradía.

Más aún, y reitero que no me siento afectado, esos rechazados de hoy día, eran promotores gratuitos de la campaña del hoy presidente de la República.

Ahora tenemos que los directores de comunicación y encargados de relaciones públicas reciben un tratamiento como si tuviesen la peste bubónica.

Es por esa situación que llamo a la conciencia de los buenos periodistas que dirigen esos importantes departamentos a que ayuden a sus colegas y no los golpeen con su indiferencia.

Que se convenzan de que ellos (los comunicadores no famosos) también aportaron para hacer posible que el Partido Revolucionario Moderno ganara.

Ojalá y que Homero Figueroa y Daniel García Archibald se reúnan con los funcionarios comunicacionales del gobierno para que se pare la discriminación contra los que no tienen medios de nombradía.

Es un mensaje a la conciencia de esos periodistas que están a la cabeza de las comunicaciones en las dependencias estatales.

Que no los marginen. Ellos –también- hacen sus aportes a la causa de la democracia en República Dominicana y, dentro de 27 meses, tendremos nuevas elecciones nacionales.

Obviamente, al que le sirva el zapato, que se lo ponga.

Por: Domingo Batista