Nuestra música se desempeña en un “mercado mocho”.

Pese a ser uno de los pocos con dos géneros musicales de exportación, como son la bachata y el merengue, declarados como Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco, sus intérpretes son incapaces de aprovecharlo para proyectar nuestra música por el mundo.

Teniendo a un Romeo Santos y a Juan Luis Guerra como estandarte de la bachata y el merengue con exitosa presencia en el ámbito internacional, muchos se quedan aquí, sin aprovechar la estela que estos van dejando en todos los lugares donde se presentan.

Donde se presenta Romeo o Juan Luis, muy bien cabrían otros, aunque sea en pequeña escala porque ya el mercado ha sido creado por ellos.

Ambos artistas llenan estadios en las giras musicales que realizan, pero otros pudieran seguirles los pasos agotando itinerarios en clubes y discotecas.

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La preferencia por la bachata y el merengue es una realidad que en el ámbito internacional se sustenta en las dos figuras mencionadas de nuestra música.

¿Por qué razón otros no aprovechan el camino trazado y ni siquiera hacen el intento de aprovechar esos mercados ?
Donde se presenta Romeo y Juan Luis a nivel multitudinario hay cama para más gente.

No es posible que ese público tenga que esperar otro año para encontrarse con ellos de nuevo, con tantos exponentes de merengue y de bachata que aquí tenemos, que muy bien pudieran aprovechar la manifiesta preferencia por nuestra música en esos mercados.

Falta de visión y de mercadeo de aquellos que se contentan y regordean con el llamado “plátano power” en el mercado local.

Por: Joseph Caceres