Las primeras decisiones anunciadas por el Tribunal Superior Electoral (TSE) no dejan bien parados a sus antecesores en el organismo.
El hecho de que se solicitara una auditoría a la Cámara de Cuentas plantea sospechas de irregularidades en un organismo en que los jueces disponían de dos vehículos cada uno y de una tarjeta de crédito corporativa.
El presidente Ignacio Pascual Camacho Hidalgo y los demás miembros no suspendieron la tarjeta, sino que abrieron una investigación para determinar el uso que se le daba.
Hay que recordar que desde la elección de Román Jáquez como presidente de la JCE, en el TSE se inició una batalla interna en que se enfatizaban los gastos en que se incurría.
Los actuales jueces no quieren dejar las cosas como están, sobre todo en lo concerniente a los fondos, por lo que urgieron una auditoría. En lo que se transparenta todo lo relativo a los pasados cuatro años, los nuevos magistrados dispondrán de un solo vehículo, que será utilizado solo en asuntos oficiales, como debe ser, y cero tarjeta corporativa.
Con la crisis que vive el país como resultado de la pandemia sanitaria, indigna que entidades cuya misión es solo juzgar disfruten de tantos privilegios.
¿Para qué necesita un juez del TSE dos vehículos y una tarjeta corporativa? Los jueces han debutado con buen pie. Hay que respaldar todas las decisiones que procuren sanear el gasto, procesar a los responsables de algún tipo de derroche y hacer más eficiente las labores burocráticas.
