Deplorable
Resulta inconcebible que no se haya encontrado la manera para evitar la peligrosa práctica denunciada por el director del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), Alejandro Herrera, de apuntar con rayo láser aeronaves en maniobra de aterrizaje.
Tratándose de un crimen por el riesgo que representa para los ocupantes de aviones las autoridades han debido movilizar todos los recursos necesarios para detener la práctica, capturar y someter a los responsables.
Aunque no haya ocurrido una desgracia es bien sabido que la acción atenta, además de la seguridad aérea, contra la imagen del país. El precedente que se sentó en Santiago con la condena a un joven encontrado culpable de apuntar a los aviones con láser no ha evitado que la práctica continúe. La alarma que ha vuelto a sonar el director del IDAC es para que se actúe con drasticidad.
