Editorial Opinión

Problemas mayores

Problemas mayores

La agenda de urgencias nacionales luce hoy rebosada de problemas mayores, todos los cuales requieren de sostenido abordaje oficial y de intensas jornadas de consenso antes de que se bloqueen las vías de asentimiento y se rompan compuertas de desestabilización económica y social.

El presidente Luis Abinader convocó a una legislatura extraordinaria para que el Congreso destrabe proyectos de gran relieve como los de las leyes electoral, de partidos políticos, fideicomiso público y Código Penal, los cuales inciden sobre las próximas elecciones, el polo de desarrollo de Pedernales y la seguridad ciudadana.
Los debates sobre la pertinencia de esos proyectos se circunscriben al Gobierno, legisladores, partidos, sector empresarial y comunidad jurídica, porque la cuota de participación otorgada a la población en tales discusiones ha sido irrelevante.

Problemas coyunturales o crisis de larga data aguijonean de manera constante a la ciudadanía sin que litoral oficial, liderazgo político y empresarial unifiquen criterios en torno a soluciones viables y justas, por lo que dificultades menores suelen convertirse en males mayores.

Falencias relacionadas con educación, salud, transporte, energía eléctrica, corrupción, vialidad, empleo, salario, vivienda, migración, seguridad ciudadana, feminicidios, figuran como inquilinos permanentes en la agenda de urgencias nacionales, lo que impide que República Dominicana consolide su democracia.

Algunos de esos males han hecho metástasis con alto riesgo de convulsión en la anatomía social, entre los que se resaltan la crisis en el sistema de seguridad social, incluido los regímenes de Administración de Riesgo de Salud y Pensional, cuyos niveles de degradación elevan el riesgo de un estallido mayor.

El anacrónico régimen salarial se compara con una granada a punto de perder la espoleta por la terquedad de sectores empresariales negados a acercar el salario mínimo al costo de la canasta básica, sin poder entender que los trabajadores también son consumidores y que es imposible enseñar al burro a no comer.

Gobierno y actores nacionales, entretenidos en discusiones bizantinas o de conveniencia, no deberían descuidar la búsqueda de urgentes soluciones a problemas esenciales, como reforma a seguridad social, aumento de salarios, seguridad ciudadana, control de inflación y desborde migratorio, antes de que estalle la bomba.

El Nacional

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