La trascendencia de legalización con títulos de propiedad de viviendas construidas en terrenos del Estado va mucho más allá de la economía que, según el ministro de la Presidencia, Joel Santos, representa el proceso para los beneficiados.

Además de convertirlos en legítimos dueños de las casas que levantaron, a lo mejor con mucho sacrificio, está el valor psicológico de lo que representa el título de propiedad.

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Los 80 mil pesos que cada favorecido se ha economizado en el proceso de legalización es importante, sobre todo para familias de medianos y escasos recursos, pero la gran tranquilidad está en el título.

En saber que el bien es propio y que nadie en ningún momento podrá desalojarlo bajo cualquier subterfugio.

La titulación, que según el funcionario ha beneficiado a más de 90 mil familias, es una iniciativa de gran impacto económico y social.