Articulistas Opinión

Propuestas

Propuestas

Orlando Gomez

(114)

La sequía en la República Dominicana está empezando a tener graves consecuencias en el acceso al agua en los centros urbanos. Eventualmente esta sequía va a pasar, pero el cambio climático prácticamente garantiza que tendremos más sequías como esta o más severas, por lo que, aunque estamos un poco tarde, es tiempo de que tomemos acciones decisivas para adaptarnos y poder garantizar el suministro del agua indistintamente de las condiciones del clima en el futuro.

Lo primero, es esencial liberalizar los precios y que estos reflejen el precio de mercado. Si el precio no refleja la realidad, los consumidores no van a adaptar sus hábitos de consumo a esa realidad. Para mitigar el impacto de este ajuste en la población más vulnerable el Estado puede extender la ayuda que ya ofrece a través de los servicios sociales para cubrir hasta un monto del precio del agua.

Por supuesto, es probable que las corporaciones de acueductos enfrenten problemas similares a las EDEs para lograr el cobro de las tarifas, lo que debe ser atendido para que el ajuste de precios y su efecto sobre el consumo sea efectivo.
El Estado debe también aprovechar la iniciativa privada para ampliar dramáticamente la producción de agua en el territorio dominicano. Para ello debe crear un marco jurídico que no sólo fomente múltiples formas de producción de agua a través de iniciativas privadas sino que defina la operación de un mercado de agua que le permita al Estado comprar agua de la producción privada para mejorar los precios del consumidor final o suplir cualquier déficit que se le presente.

Por otro lado, el Estado debería eliminar los aranceles e ir más allá, ofrecer incentivos fiscales, para la importación e instalación de electrodomésticos y aplicaciones que reduzcan el consumo de agua. Esto debe incluir alcachofas de duchas “low flow”, lavadoras de bajo consumo, inodoros de doble descarga y lavadoras de bajo consumo.
Esto debe extenderse para la producción nacional de estos insumos, de forma tal que se estimule el desarrollo de insumos y electrodomésticos que tiendan a reducir el consumo de agua.

Pero quizás lo más importante es buscar alternativas de producción de agua para nuestras industrias. La implementación de un marco jurídico para fomentar la iniciativa de producción de agua en el sector privado debe especialmente favorecer la instalación de plantas de desalinización y de captura de lluvia dedicadas para la demanda de agua del sector industrial, siendo particularmente urgente atender la demanda actual y futura de zonas industriales como las de Haina y San Isidro.

La atención particular por sector descrita anteriormente debe ser extensible a la producción agrícola. No sólo debe evaluarse un método de producción de agua más sostenible para nuestro sector agrícola, sino que debemos empezar a tener una conversación bien seria sobre los cultivos que podremos producir y los métodos de cultivo que podemos implementar de manera sostenible ante una nueva realidad sobre la disponibilidad y precio del agua.
La actual sequía y sus secuelas deben ser una seria llamada de atención para nuestro país ante la nueva realidad que va a derivar del cambio climático y debemos empezar a buscar soluciones sobre la producción y manejo del agua, y esas soluciones se necesitan para ayer.