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Orlando Gomez

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Si algo resulta evidente, habiendo vivido los eventos de los últimos diez años, es que el mundo en el que creció mi generación va a ser sensiblemente diferente al mundo en el que van a crecer mis hijos. En esta ocasión propongo introducir la enseñanza de programación como parte elemental del currículo en las escuelas empezando en conjunto con leer, escribir y las primeras enseñanzas de matemáticas.

La programación estimula el pensamiento crítico y el desarrollo de habilidades para la solución de problemas. Los ejercicios que se deben realizar en el aprendizaje de la programación complementan muy bien lo que se busca enseñar en las clases ordinarias de matemáticas en el colegio, estos brindan la oportunidad a los niños y adolescentes de conocer una utilidad práctica de las matemáticas y su uso en la vida real.

Más aún, programar es un ejercicio constante de creatividad, permitiéndole a niños y adolescentes crear sus propios programas, sitios web, aplicaciones y juegos en distintas plataformas y lenguajes de programación. Esto complementa el aspecto del aprendizaje a través de juegos (el “playfull learning”) y puede servir para estimular a los estudiantes a aprender nuevas habilidades de manera divertida.

Los niños y adolescentes de esta era están creciendo con dispositivos móviles y computadoras como su fuente de entretenimiento, aprendizaje e interacción social. Podemos tener reservas de como esto puede impactarlos en su desarrollo, pero no deja de ser una realidad de que ese es el mundo que conocen y en el cual continuarán creciendo y desarrollándose.

Aprender a programar les permite entender precisamente ese mundo en el que vienen interactuando, así como a entender sus fortalezas y debilidades, y les dará las herramientas para navegarlo de manera segura.

No me hago ilusiones de que aprender a programar hará de nuestros niños y adolescentes más empleables en el futuro, de hecho es muy probable que los lenguajes de programación que estos aprendan en las escuelas estarán obsoletos para el momento en que estos lleguen a una edad de trabajo.

Pero no me cabe la menor duda de que todo aquello que obtengan del aprendizaje de programación en las escuelas les convertirá en profesionales más adaptables a los cambios radicales y habituales de esta era de transformación tecnológica avanzada.

Aprender a programar debe ser visto como una herramienta más en el arsenal de nuestros estudiantes como ya hoy vemos el aprendizaje bilingüe, y debemos tomarnos las oportunidades que brinda introducir esto de manera estándar en nuestras escuelas con la seriedad con la que hoy evaluamos el aprendizaje de las matemáticas, la lengua española y cualquier otra materia básica que hoy enseñamos en nuestras escuelas.

Entiendo que esto no se limitará a brindar frutos a favor de nuestros hijos en su futuro, sino que pudiera marcar un cambio dramático para el bienestar y desarrollo de nuestro país en su futuro.