Las reivindicaciones de la ADP para justificar protestas como la escenificada ayer frente a la sede del Ministerio de Educación, tienen que contar de una forma u otra, por los simpáticas que resultan, con el respaldo de los maestros. Pero las circunstancias evidencian que las demandas son el barniz con que los dirigentes del gremio disfrazan otros objetivos.

La ADP, cuyo presidente Eduardo Hidalgo es dirigente del PLD, ha centrado siempre su lucha en reivindicaciones económicas para los maestros, sin preocuparse jamás por la formación para mejorar el desempeño ni la calidad de la enseñanza.

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Los maestros se prestan al juego, dejándose manipular sobre la base de la seguridad y sus necesidades. Pero con protestas como la de ayer en reclamo de que se aplique una vieja evaluación de desempeño y se introduzcan reajustes salariales la ADP también evidencia una nada disimulada manipulación de su lucha.

No se puede perder de vista que además de estar abocado a celebrar elecciones en octubre próximo, los dirigentes del gremio saben que pueden tensar la apertura del año escolar. Para reclamar que se aplique una vieja normativa sobre la evaluación de desempeño, muy cuestionada por demás, la Asociación Dominicana de Profesores no tenía que realizar una protesta social. Si los concurrentes eran maestros, entonces hay que dar menos vueltas a la vergonzosa crisis del sistema de enseñanza.