Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro. EFE/ Presidencia de Colombia
Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro, confirmaron que el venezolano Nicolás Maduro perdió las elecciones del 28 de julio, pero en lugar de reclamarle que ceda el poder se decantaron por una fórmula irresponsable, que ha rebotado en todas partes.
La solución a la crisis venezolana no está en la creación de un Gobierno de coalición, por demás de difícil estructuración, ni en la convocatoria de nuevas elecciones, sino en reconocer al ganador de las votaciones.
Solo la divulgación de las actas de votación determinan si el triunfador fue Maduro, como proclamó el Consejo Nacional Electoral, o el opositor Edmundo González Urrutia. Pero en vez de publicarse las actas el gobierno de Venezuela ha denunciado una “conspiración fascista” para desalojarlo de un poder que ha reiterado no entregará a la oposición.
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Como era más que obvio con la propuesta de Lula y Petro los protagonistas de la crisis venezolana están en desacuerdo, pero también líderes de otros países que han dado seguimiento al proceso. Lula y Petro gozaron de un gran respaldo, pero su fórmula ha tenido un rotundo rechazo.
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