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Puntos… y picas

Puntos… y picas

Carlos Manuel Estrella

Tránsito en Santiago

El tránsito y la movilidad urbana en Santiago se han convertido en un caos y los proyectos que desarrolla el gobierno para crear un Sistema Integrado de Transporte (SIT) compuesto por monorriel, teleférico, autobuses y bicicletas, no serán suficientes sin una remodelación vial acorde a la ciudad.

Movilizarse por cualquier punto del área urbana, del centro o la periferia, en vehículo propio o como pasajero, en cualquier tanda de las horas productivas, es una complicación que implica grandes retrasos en tiempo y gastos excesivos de combustibles, además de alteración del estado de ánimo.

Los estudios más recientes de la movilidad indican que la huella urbana se amplía, el sistema de transporte está atomizado y con baja ocupación de pasajeros mientras crece el parque vehicular, incluyendo de motocicletas, conjunto de situaciones a los que se atribuye el congestionamiento del tránsito.

A esto se suma la insuficiencia de parqueos en el casco urbano y otras zonas comerciales, la penetración de miles de automotores de pueblos vecinos que se adicionan al torrente y la circulación de decenas de vehículos pesados para proyectos de construcciones comerciales y habitacionales.

Los estudios de BID-CDES (2019) de conteos de ingresos y salidas de vehículos privados a la ciudad por siete puntos revelan que salen 67,025 e ingresan 61,320 de lunes a viernes, la cantidad de “conchos” y taxis con poca o ninguna regulación municipal es otro punto y así un largo etcétera de males.

La experiencia para el santiaguero común, que se moviliza a diario, es que la ciudad ha crecido demasiado, el tránsito y transporte están desbordados y la solución vial tiene que ir más allá del proyectado SIT en curso, se necesitan elevados, túneles, pasos a desnivel, parqueos y regulación oficial.

El Nacional

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