La vicepresidenta Raquel Peña obtuvo buenas notas en su rol de directora del Gabinete de Salud durante el aciago periodo de la pandemia del coronavirus, credenciales que exhibe como garantía de que reeditaría esos logros ahora como directora del Gabinete Eléctrico, designada por el presidente Luis Abinader.
El Gobierno pudo lograr que China suministrara al país adecuado abastecimiento de vacunas contra la covid- 19, cuando la mayoría de las naciones en vía de desarrollo bregaban por conseguir inmunizantes restringidos por las grandes farmacéuticas occidentales y acaparadas por economías desarrolladas.
El buen desempeño ante una pandemia que diezmó la economía global y causó millones de decesos, se atribuye en gran medida a la buena gerencia de la vice y al laborioso empeño de funcionarios del sector salud, médicos, enfermeras y personal paramédico.
Imposible comparar la crisis del sector eléctrico con la tragedia que significó la pandemia, pero es menester advertir que la vicepresidenta enfrenta una situación difícil, compleja, que como si fuera una epidemia, amenaza con lastrar el crecimiento de la economía y a la propia gobernanza.
El déficit del sector eléctrico ha promediado durante los últimos años mil 200 millones de dólares, equivalentes al 1.3 % del PIB y a casi la mitad del déficit presupuestario del Gobierno, pero para 2023 hay quienes lo sitúan sobre US$1,600 millones a causa del incremento de los combustibles, incluido el gas natural.
La economía no podría mudar otro paso hacia adelante sin conjurar o aliviar el déficit de oferta energética estimado para 2023 en 500 megavatios y de mil 200 para 2026, incluida una reserva fría de un 10 % a 15 % de la demanda, para lo cual en lo inmediato el Gobierno procura los servicios de barcazas generadoras.
Las empresas distribuidoras no muestran capacidad para reducir las pérdidas operativas que ya sobrepasan el 32.6 %, superior al 27 % de 2019. El economista Magín Díaz ha advertido que lo que cobran a sus clientes no alcanza para pagar la energía que compran, pago de personal y compra de materiales.
La vicepresidenta tendrá que lidiar con todos esos problemas, además de recomponer el Pacto Eléctrico que incluiría un reajuste en la tarifa eléctrica en tiempo de alzas de precios de combustibles. Que Dios la ampare.