RADAR

Caminata del migrante
Otra crisis

La caravana de emigrantes hondureños que salió para Estados Unidos podría no llegar a su destino, pero de todas maneras ha avivado la crisis social y política, con la violencia y la miseria como epicentro, que sacude a las naciones centroamericanas. Tas salir el sábado de su país los alrededor de 1,500 hondureños, entre los que figuran varias familias, se proponen pedir asilo alegando razones de seguridad. En las últimas horas el numeroso grupo había acampado en Guatemala para continuar su marcha, sin importarle la advertencia del presidente Donald Trump de que a ninguno de los integrantes se le permitirá cruzar la frontera con México. Pero Trump no solo ha amenazado a los integrantes de la caravana, sino al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien pudo reelegirse en unos comicios plagados de irregularidades, pero legitimados por Washington. Como si sospechara que el Gobierno hondureño ha estimulado la caravana o no hiciera lo suficiente para frenarla, el mandatario estadounidense amenazó con suspender de inmediato la cooperación económica con la nación centroamericana. El caso plantea los peliagudos conflictos sociales y políticos que sacuden a la región, en los que Estados Unidos está llamado a jugar un papel estelar, pero sin inmiscuirse en los asuntos internos. Si en estos países no se impulsan reformas para combatir la corrupción, la impunidad y la violencia, caravanas como la protagonizada por los hondureños que buscan llegar a Estados Unidos no dejarán de repetirse.