Caso Ortega
Sombra juicio
Al advertir a la Suprema Corte de Justicia que el magistrado Francisco Ortega era el único que reunía las condiciones para garantizar un juicio imparcial a los encartados por los sobornos de Odebrecht, el procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, no solo planteó un aparente conflicto de poderes, sino que arrojó dudas sobre el proceso. Antes que responder el cuestionamiento, el presidente de la Suprema, Mariano Germán, guardó silencio.
A quien respondió –y de manera molesta- fue a la magistrada Miriam Germán Brito al advertirle que no recibía órdenes, que él sabía lo que tenía que hacer, cuando ella le sugirió contestar las imputaciones de la Procuraduría.
Los incidentes recobran vigencia con la decisión de la Suprema Corte de Justicia de rechazar, con el voto disidente de la magistrada Germán, la recusación del juez Ortega elevada por el imputado Jesús Vásquez Martínez.
Tras defender la probidad de Ortega, la magistrada desmiente que el recurso fuera elevado sin pruebas que lo sustentara, toda vez –dice- que se acompañó de un vídeo y de documentos escritos. La presidenta de la Segunda Sala de la Suprema sostiene que procedía la recusación de Ortega, de quien dijo que en lo relativo al caso Odebrecht “y más allá de su voluntad e intención” es “un juez parcial”, aunque no duda de su honestidad.
La Procuraduría con su injerencia y el presidente de la Suprema Corte con su silencio han contribuido a ensombrecer el proceso Odebrecht, que las contradicciones sobre la recusación del juez Ortega ensombrecen más.