Raymond Pozo y Miguel Céspedes demostraron la noche del pasado sábado por qué fueron nombrados “Los Reyes del Humor”.
Ha sido un largo camino el recorrido de los comediantes, amigos, colegas y compadres Raymond Pozo y Miguel Céspedes. Tres décadas ininterrumpidas coronándose como “Los Reyes del Humor” y sin dejar de contar con el apoyo del público, fue evidenciado el pasado sábado en el teatro La Fiesta del hotel Jaragua a casa llena.
Una variedad de personajes, chistes y parodias musicales, caracterizaron el show producido por la empresa Alberto Cruz Management, y que recibió en escena a los humoristas pasadas las 11:24 de la noche.
“Indiscutiblemente la gloria es de Dios, no se imaginan lo que es para nosotros tener esta bendición de estar con cada uno de ustedes que por tantos años han mantenido nuestros hijos” dijo Raymond, oportunidad que aprovechó Miguel para seguir en esa línea e iniciar con un stand-up, en el que mezcló la modernidad, el uso de los celulares y las relaciones de pareja.
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Entre chistes hicieron anécdotas, desfilaron por el escenario Aramis Camilo, con su “Motor”, a quien Raymond y Miguel le expresaron su admiración y le sirvieron de coristas durante la interpretación de dicho tema.
Asimismo, Miguel, quien posee una buena voz, pues antes de pisar el camino del humor era aspirante a cantante, vestido de Diomary La Mala, y junto a ella, interpretó a dúo la canción El cigarrillo, de la artista mexicana Ana Gabriel.
Con sus personajes de Omega, Efraín, Tirso, Pingüilo, Bob Cayena, provocaron que el público se arrastrara de la risa, además de demostrarle el gran respeto que sienten por ellos.
“Ya son 30 años juntos, una sola explicación entre nosotros la estrella es Dios. Hoy es un día especial de ver tantas madres que le pidieron a sus hijos que las trajeran a vernos, y tener ese testimonio de ver tantas madres, de verdad nos ablanda el corazón y podemos decir ha valido la pena celebrar en nuestro país 30 años, se puede decir que somos profetas en nuestra tierra”, manifestó Pozo.
Posterior a sus palabras, la tonada de la canción de Amor eterno comenzó a sonar para ser interpretada por Céspedes, mientras Raymond entre abrazos y selfies se mezclaba con los asistentes, para de una manera especial y personal felicitar a las madres presentes en el lugar con una rosa, cerrando con broche de oro la divertida noche.
