Al dar cuenta de la cancelación de un inspector de Migración en Dajabón por supuesta corrupción, el director del organismo, Venancio Alcántara, tocó una tecla sensible de las redadas contra los haitianos ilegales.

Porque la sospecha que se tiene es de que los operativos se han convertido en un negocio o una manera de buscárselas para los agentes de la Policía y empleados de Migración que participan en ellos.

Hay denuncias de que patrulleros de la Policía detienen a los haitianos que encuentran en las calles para extorsionarlos, sin importarles que tengan los documentos en orden.

No es casual que los policías efectúen las redadas alrededor de las construcciones. Se sabe de casos en que vecinos vocean a los agentes que salieron temprano a macutear o buscarse lo suyo con las detenciones de peatones haitianos que se dirigen a sus labores.

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La gente no apoya la inmigración ilegal, pero tampoco los abusos en que se suele incurrirse en los operativos. El director de Migración tiene que prestar más atención a los operativos para repatriar haitianos indocumentados tanto para enfrentar la corrupción como para evitar irritantes abusos.