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Reforma de Abinader

Reforma de Abinader

En República Dominicana todo el que llega a la Presidencia se enamora del cargo y desea continuar otro “chin más”. Podría poner múltiples ejemplos. Horacio Vásquez fue electo presidente el 15 de marzo de 1924 por un período no establecido. Aunque la Constitución de 1908 establecía 6 años, hay que señalar que esa carta magna había cesado con la intervención norteamericana de 1916. Esa situación llevó a Vásquez a la adopción del Plan Hughes-Peynado y se aprobó una nueva ley de leyes, el 13 de junio de 1924, para durar cuatro años. Pero el mandatario reformó nuevamente el 17 de junio de 1927 y así dirigió el país hasta 1930.

Sin embargo, Vásquez, que era un hombre bueno, no se detuvo ahí. Auspició una nueva reforma con la finalidad de modificar el artículo concerniente a la frontera con Haití, lo que aprovecharon sus legisladores para introducir la reelección el 20 de junio de 1929, permitiendo que el caudillo sea candidato nuevamente en los comicios pautados para 1930. Trujillo aprovechó el escenario de crisis y confusión y se alzó con el poder durante 31 años.

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Con el profesor Juan Bosch ocurrió todo lo contrario, no le dejaron concluir su período. A raíz del golpe de Estado, Bosch, de ser un político liberal y democrático, exhibió grandes cambios en su pensamiento político. Jamás volvió a ser el mismo.

De Balaguer podría decirse que es el político que ha mostrado mayor apego al poder en las últimas décadas, exhibía temor a la soledad y le encantaba el culto a la personalidad. Al ser echado del poder en 1978 se fue a residir a New York durante tres años, pese a que, por temor a retaliación política, se robó el control del Senado, que designaba a los jueces, garantizando su impunidad. Sintió temor por don Antonio y llegó a expresar: “Ese es un hombre bruto”.

Don Antonio Guzmán hizo un excelente gobierno, si partimos de las grandes transformaciones políticas en su mandato de cuatro años. Merecía un segundo período, pero ese partido no era de él, el líder era Peña Gómez, que pudo muy bien ser el candidato presidencial en 1978 y había que entregarle el poder, producto de la solidaridad internacional que recibió el PRD y la presión contra Joaquín Balaguer para que se respete la voluntad popular.

El hecho es que don Antonio, antes de salir del poder, cayó en depresión, posiblemente por dos razones: 1) Abandonar las famosas mieles del poder. Y 2) Temor a persecución política de parte de Salvador Jorge Blanco. Optó por el suicidio. Jorge Blanco, en cambio, fue el expresidente con la salida más traumática, sus enemigos políticos se ensañaron en su contra, el único en caer preso, quedó desacreditado y su salud se dañó.

El mayor problema que atraviesan los presidentes dominicanos es que al salir del poder el 95% de sus seguidores los abandona, se exponen a ser objeto de persecución (con o sin razón) y a deprimirse. Algunos dominicanos no lo creen y expresan: “¿Cómo una persona que lo tiene todo resuelto se va a poner triste? Precisamente la depresión es una patología que afecta, sobre todo, a personas de clases media y alta. Los pobres no tienen tiempo para deprimirse, porque tienen que buscar la comida diariamente.

Aunque no lo admita públicamente lo más probable es que Hipólito Mejía ha atravesado episodios de soledad y tristeza; Danilo Medina envejeció 20 años en 12 meses y Leonel Fernández.