No parece, como considera el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) que exista una corriente favorable para la construcción de un pacto de nación.

El solo rechazo de la oposición a las reformas constitucional, fiscal y otras que contempla el Gobierno ensombrece ese buen ambiente que describe el Conep para un acuerdo, que en honor a la verdad, sería lo ideal para impulsar el desarrollo del país.

Ante la decisión del Gobierno de presentar la semana entrante la reforma fiscal, los apuntes realizados por el Conep merecen ser ponderados.

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El gremio empresarial estima que la transformación del sistema debe ser ágil y simple para promover la inversión, el empleo y la formalidad.

Considera que además debe ser progresivo, adaptarse a la capacidad productiva de cada sector y evitar distorsiones o impuestos que frenen el desarrollo o incentiven el comercio ilícito.

No hay que hacer mayores esfuerzos que las observaciones del Conep denotan una preocupación en torno al proyecto contemplado por el Gobierno.

En tal sentido será importante que el Congreso pondere todas las observaciones para que la reforma no se limite a un incremento de las recaudaciones que a la postre perjudique el crecimiento o el desarrollo del país.

Con el rechazo anticipado de los partidos opositores el consenso sobre una reforma, por más integral que pudiera plantearse, sería una quimera. Sin embargo los legisladores tienen que estar abiertos a observaciones que contribuyan a fortalecer el desarrollo.