SALCEDO.- Visitar este municipio y no probar un bocado de la tibia masa de chicharrón es como dejar el paladar huérfano de un inconfundible sabor cuya inquietante magia queda grabada en nuestro subconsciente, la cual, tiempo después de haber saciado nuestro paladar, agrada con el leve crujir de un sabor que se resiste a dejar de existir.
En la actualidad en este municipio hay no menos de diez lugares en los que se expende este tipo de comida, la cual es acompañada con plátano frito (tostones), batata, guineíto o yuca hervida
Pese a que durante mucho tiempo la capital del chicharrón ha sido reconocida por teóricos del tema gastronómico al poblado capitalino de Villa Mella, sin embargo, y a pesar del tiempo y la distancia, desde que dos luchadoras mujeres, Nena, la del «Viejo Mita» en el barrio El Hoyo, zona baja de Salcedo, y Lucía Correa; ambas mujeres formadoras de insignes familias, desde hace un tiempo se ha logrado posicionar este plato en el gusto de los visitantes.
La popularidad de los chicharrones de Salcedo ha sido tan grande que en aquellos lugares en donde es vendido, sus propietarios han tenido que improvisar una especie de restaurantes informales que ya familias completas visitan y al ritmo de una vieja bachata cenan, se desayunan o almuerzan.
Desde muy tempranas horas de la mañana, antes de que raye el alba, ya los chicharroneros se alistan para sacrificar los cerdos escogidos mediante análisis de libras o kilos, para ya próximo a la 6:00 el animal esté prácticamente cortado en trozos, mientras sus vísceras son usadas para las morcillas que se hacen con la sangre sazonada, y sus asaduras, tanto la negra como la blanca que es consideradas como «fritos menores».
Sin embargo, el sabor que adquiere dicha carne ya lista para convertirse en chicharrón, es relativo, ya que, luego de lavarla, muchos solo le echan sal, agrio de naranja y un poco de agua en un amplio caldero o paila destinado para tal fin.
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Mientras que otros, preparan dicha carne, en base a ají verde, cilantro del ancho, recaído verde o del fino, orégano, un poco pimienta, agrio y sal al gusto, con agua suficiente como para que hierba y vote parte de su grasa, para luego ser depositado a freír con suficiente manteca que también extraen del mismo animal.