Pasión, voluntad, disciplina y un trabajo constante de cuerpo, voz, mente y espíritu, son de las principales fortalezas que debe desarrollar un actor para subir a escena teatral con un monólogo y salir airoso de este intento. Y estas son las características que a sus 83 años, se mantienen vivas en el veterano actor Rómulo Rivas, quien estrena en las tablas el montaje “El hombre de la rata”, a partir de esta noche en Casa de Teatro.
A su edad, contar con las capacidades intactas para asumir este difícil género teatral, despierta en el actor y director venezolano un profundo y alegre sentimiento de felicidad.
El monólogo “El hombre de la rata”, fue presentado hace más de 40 años en Casa de Teatro y escrito hace unos 60 por Gilberto Pinto. Su regreso a escena plantea las adaptaciones lógicas generadas por el tiempo y la tecnología.
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“En el vuelco enorme que ha dado el mundo en las últimas décadas del siglo XX y los aún más vertiginosos en lo que va del siglo XXI, los avances científicos y sobre todo tecnológicos, con una poderosa incidencia en las comunicaciones, pero de igual manera esa incidencia se manifiesta en la economía, la política, la sociedad, los factores de poder nacional y global. Por lógica se manifiesta también en el ser humano. El derrumbe de la familia, llamada la célula fundamental de la sociedad, valores y principios. Eso y tanto más llevan a Ismael Peraza, el protagonista, a la esquizofrenia”, adelantó.
De su intención con la puesta en escena, de cara al público, explica: “Yo poseo un delicado respeto por los espectadores. Un sentimiento profundo de verdadero humanismo y la decisión de ponerlo en práctica en cada momento. Con la certeza de que cada gota ayuda a crecer el hermoso mar de los sueños. Y está obra tiene de todo, cómo la vida, y entre ello mucho humor, componente indispensable”.
“El hombre de la rata” estará en escena desde esta noche hasta el 9 de septiembre, a las 8:30, en Casa de Teatro, con dirección de Danilo Ginebra, producción general de la comunicadora y actriz, Yanela Hernández.
Rivas se embarca en un emocionante nuevo capítulo, desafiando cualquier límite preconcebido sobre la edad y la creatividad.
Ventana
El montaje se constituye en una ventana a la maestría actoral de Rómulo Rivas, con una mezcla cautivadora de reflexión profunda, emociones y toques de humor.
