A su paso por el territorio nacional, la tormenta Laura dejó un saldo de cinco fallecidos, destrucción de viviendas, derribo de árboles y postes, interrupción de los servicios de electricidad y agua potable, derrumbes, inundaciones, daños a carreteras, a la agricultura y la pecuaria.
Todavía hoy las autoridades mantienen alerta sobre desbordamiento de ríos y cañadas, así como deslizamientos de tierra a causa de las lluvias provocadas por la masa nubosa que escolta a una tormenta que corrió el manto de la pobreza extrema a miles de familias que malviven detrás de la verja de miseria.
El presidente Luis Abinader, quien ayer visitó al sector La Yuca, en Los Ríos, donde el desbordamiento de una cañada dañó varias viviendas, prometió que trasladaría a las familias asentadas en ese lugar y en otras zonas vulnerables de Santo Domingo, San Cristóbal, San Francisco de Macorís y La Vega.
Se resalta como positivo el anuncio del mandatario formulado en uno de los muchos escenarios de la geografía nacional donde los vientos y las aguas que traen consigo las tormentas y huracanes ponen de relieve un dilatado drama de miseria y exclusión.
Sucesivos gobiernos han dispuesto el traslado de miles de familias desde riberas de ríos, cañadas o estribaciones, hacia proyectos de viviendas seguras y confortables, pero la mayoría de esos lugares vulnerables han sido de nuevo ocupados, muchas veces por las mismas familias favorecidas con inmuebles.
Es por eso que se advierte que lo anunciado por el jefe de Estado no tendría efecto sin que tajantemente se prohíba habitar las zonas desalojadas por sus altos niveles de peligrosidad, porque sería como navegar constantemente en círculo.
Terrenos del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), de los que el Presidente prometió que no se negociaría ni un metro, podrían servir para asentar a familias que hoy malviven en riberas de ríos y cañadas, como parte de un proyecto estratégico que logre disminuir a cero los factores de vulnerabilidad.
La presente temporada ciclónica se erige como una de las más activas de los últimos años, razón por la cual el programa de largo plazo anunciado por el Presidente para trasladar a las familias asentadas en zonas vulnerables tendrá que lidiar con las urgencias provocadas por el paso frecuente de tormentas y huracanes con su estelas de muertes y destrozos.