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Se agudizan secuelas por serie de sismos en Puerto Rico

Se agudizan secuelas por serie de sismos en Puerto Rico

San Juan (AP). Más de 2.000 personas en albergues. Casi un millón sin electricidad. Cientos de miles sin agua.

Las secuelas de un sismo de magnitud 6,4 que provocó la muerte de una persona, heridas a otras nueve y daños graves a la infraestructura de toda la costa suroeste de Puerto Rico se profundizaban en momentos en que el gobierno de la isla dice que está abrumado.

Muchas personas en la zona afectada comparan la situación con la que vivieron por el huracán María, una tormenta de categoría 4 que azotó la isla en septiembre de 2017, ya que hay centenares de familias imposibilitadas para regresar a sus viviendas dañadas y preguntándose dónde se quedarán las próximas semanas y meses, y sin esperanzas de que la electricidad sea restaurada pronto.

“Tenemos que quedarnos afuera porque todo está destrozado adentro”, dijo Brunilda Sánchez, de 84 años, que ha estado durmiendo al aire libre en un catre suministrado por el gobierno en la localidad costera de Guánica.

“No sabemos cuánto más tenemos que estar aquí”.

El presidente estadounidense Donald Trump declaró estado de emergencia en Puerto Rico varias horas después del sismo registrado el martes, una acción que asigna fondos federales a través de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés) para cuestiones que van desde transporte y atención médica hasta generadores móviles.

Pero algunos funcionarios locales temen que la ayuda no llegue a tiempo.

“FEMA es una agencia muy burocrática y sus procesos son muy lentos. Tan lentos son que aún estamos esperando los fondos de María”, comentó Daniel Hernández, director de generación para la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico, a The Associated Press.

Señaló que la FEMA ya ha prometido traer más generadores móviles para reforzar la planta más grande de la compañía, que se ubica cerca de la costa sur de la isla donde se registró el sismo y tiene daños severos.

Hernández añadió que no estaba claro qué tan rápido podían reparar la planta, apuntando que la evaluación de los daños seguía, aunque algunos funcionarios estimaron que podría tardar hasta un año.

Las fuertes réplicas complicaban las labores para restaurar la energía, ya que se han registrado más de 40 sismos de magnitud 3,0 o más desde el terremoto del martes, de acuerdo con expertos.

Cada vez que tiembla la tierra, el personal debe evacuar y se temen más daños en la planta, dijo Hernández.

El director de la autoridad eléctrica, José Ortiz, señaló que espera que casi todos los clientes tengan electricidad para principios de la próxima semana, y agregó que evaluaciones preliminares mostraron que hay daños con valor de por lo menos 50 millones de dólares.

El jueves, las autoridades de transporte cerraron una sección de una de las autopistas más transitadas de Puerto Rico por lo que describieron como fallas estructurales muy graves relacionadas con el sismo.

Ambos sentidos de la carretera que va de la capital San Juan hasta la ciudad costera de Ponce, en el sur de la isla, fueron cerradas de forma indefinida cerca de Ponce.

En tanto, las réplicas han aumentado el número de personas que buscan albergue en el suroeste de la isla, mientras que las autoridades siguen inspeccionando casas y complejos residenciales públicos.

Fernando Gil, titular del Departamento de Viviendas, pidió a la gente que se quede con familiares o en albergues si se sienten inseguros en sus hogares.

“Mientras, continuaremos identificando las ayudas necesarias para apoyar a todas las familias que se vieron afectadas por el fenómeno”, señaló.

El futuro de cientos de niños en la región suroeste de la isla también es incierto, debido a que las autoridades aplazaron el comienzo de las clases que estaba previsto para el jueves.

Dos de los tres pisos de una escuela en Guánica, que tiene una población estudiantil de 450 niños, colapsaron a causa del sismo.   Las autoridades de educación dijeron que equipos de ingenieros inspeccionan las escuelas de la región y más allá, y que es demasiado pronto para decir cuándo se empezarán las clases.

Aunque las autoridades informaron que es prematuro proporcionar un estimado de todos los daños, explicaron que cientos de viviendas y negocios se vieron afectados por el sismo del martes y por el de magnitud 5,8 que le precedió el lunes.

Teresa Arroyo, de 47 años y residente de Peñuelas, comentó que su casa resultó muy dañada pero que planeaba quedarse allí.   “¿Dónde más vamos a quedarnos?”, dijo. “Está todo el mundo con depresión. Esto es una cosa seria”.

El Nacional

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