COD: ¿Construir o destruir?
Por: Ramón Rodríguez
(centrodeidiomaswashington@gmail.com).-
Tengo la plena seguridad de que Antonio Acosta, Colin, tiene los mejores deseos en el COD, y no es para menos. Él ha logrado el sueño de toda su vida.
Sin embargo, los pasos que ha comenzado a dar, están muy lejos de lo que requiere esa institución, que cada día pierde más credibilidad a los ojos de la sociedad civil y la opinión pública.
De seguir así, sus sueños se los llevará el viento, de la misma manera en que se llevó los de Isabel la Católica para que nuestros indios fueran tratados humanamente.
No albergo la menor duda de que Antonio Acosta, quiere construir, pero lamentablemente, tendría que dar un giro de 180 grados para no destruir.
¿Y qué hay que hacer, para construir en vez de destruir? Comenzar respetando los estatutos, pues ya hay un intento de violación los artículos 43 y 31.5, al no querer elegir el nuevo miembro faltante, y sólo por la fallida estrategia de no querer dar entrada a Miguel Camacho al COD. Un grave error.
Lo mejor que podría pasarle al COD en estos momentos, es darle entrada a Miguel Camacho, y a dos miembros cooptados del nivel de Arístides Fernández Zucco, ‘’el Chato’’ y don Felipe Vicini, si así lo desease.
presidente del COD no puede pretender imitar a Luisín Mejía Oviedo, pues las fortalezas de Luisín, son las debilidades de él. Colin tiene sus propias fortalezas, pues no es un improvisado.
Sé que los asesores de Acosta, todavía no le han dicho, que la esperanza de fortalecer esa entidad, no está solamente dentro de la organización, sino fuera de ésta.
El COD debe trascender los acuerdos de aposentos de algunos dirigentes para mantenerse en las posiciones.
El Comité Olímpico tiene que mostrarle a la sociedad dominicana sus auditorías internas y externas.
Yo nunca he escuchado una autocrítica pública del Comité Olímpico Dominicano. Nunca se les ha rechazado un informe económico, pues bajo esa estructura, son juez y parte.
Aunque le cueste la reelección, Acosta debe ganarse el apoyo público de una sociedad que exige mayores grados de transparencia y rendición de cuentas en todos los niveles.
¿Qué le conviene a Antonio Acosta para construir en vez de destruir? Motivar debates abiertos en vez de querer silenciar a sus detractores. Convencer a los aspirantes a la presidencia del COD, de que su mejor campaña, es ayudándole a gobernar y promover códigos éticos.
Es penoso saber, que solamente el vicepresidente del COD, Luis Chanlatte, ha exigido respeto a los estatutos en este intento de violar los artículos: 43 y 35.1.
Después de Jean Francois Lyotard y su posmodernidad, es difícil jugar a las escondidas. Acosta todavía está a tiempo.